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El Puente. León Molina

Cuestión de estética

Cuestión de estética

Mucho se ha hablado lógicamente en los últimos días de Chávez. Yo no quiero entrar en las valoraciones  globales - hemos tenido suficientes- , de aquellos que dicen que ha acabado con la pobreza de su gente y es poco menos que un héroe y las de aquellos que dicen que ha destruido la economía del país y ha acabado con las libertades. Cada uno de ellos han optado por lo general por tomar el tema desde el asombro o la indignación por el hecho de que los que opinan diferente lo haga. De modo que en esos términos generales se esconderán los claroscuros que comúnmente suele guardar en su interior la complejidad de la vida. Como se han ido al extremo desde sus simpatías ideológicas, ninguno de los dos bandos lleva toda la razón. Pero fuera de esa batalla estúpida de los bandos, a mí me gustaría señalar un hecho concreto fuera de las generalidades que salvan o condenan a Chaves.  Se trata si ustedes quieren de un apunte “estético”. Chaves se comportaba de un modo tan chusco, hortera, populachero y hasta zafio que provocaba auténtica vergüenza ajena en todos los que contemplábamos sus andanzas, creo que no hace falta recordar aquí todas las mamarrachadas que fue capaz de decir y los comportamientos lamentables incluyendo los registros de paternalismo, chulería, machismo, bravuconería, mesianismo de opereta, casposidad, intimidación y hasta puro circo  de quinta fila.  Y el asunto es que cuando me he referido a una cuestión “estética” no lo hacía al concepto vulgar del término, sino al filosófico. Y desde este puesto de observación, sabemos que la belleza o la fealdad no puede darse desligada de las emociones y estas de los distintos valores humanos –o la moral-. Quiero decir, en definitiva, que si un líder arrastra masas con una estética de uniformes militares y proferimiento continuo de vulgaridades y sandeces, esa fuerza condicionará el tipo de país que construyan. Valoren como quieran a Chaves, pero tengo la seguridad de que con él y sus seguidores que lo van a embalsamar y adorar, veremos lo que se consigue, pero podemos tener claro que no será un país de gente noble, cívica y ponderada. No es posible y lo veremos. No se puede montar un ballet con orangutanes. 

2 comentarios

Fernando -

"fue capaz de decir y los comportamientos lamentables incluyendo los registros de paternalismo, chulería, machismo, bravuconería, mesianismo de opereta, casposidad, intimidación y hasta puro circo"...
Cierto, pero te ha faltado decir contra quien y a favor de quien utilizó esta actitud. Valgan todas las actitudes contra los poderosos, insolidarios, ladrones, capitalistas, mafiosos, destructores de la vida y de la dignidad de los indefensos; esas y más.

Raimundo -

Muy bien. Todo en su sitio y de acuerdo de cabo a rabo. Siempre he pensado en los venezolanos con un mínimo sentido del ridículo, las vergüenzas que habrán pasado por culpa de su machote presidente. ¡A mí ya me deba vergüenza ajena solo por pertenecer a la misma especie!