Liberalismo y proteccionismo
La intervención estatal que ultima en estos momentos el presidente Bush sobre las empresas financieras Fannie Mae y Freddie Mac nos ofrece una clara visión de la auténtica cara del liberalismo económico radical. En un país como USA en el que las leyes del mercado son una especie de divinidad a la que se le pide que dirija con su supuesta sabiduría matemática los destinos de la nación, se acude sin dudar a una operación descomunal (por los costes y riegos) de intervención estatal en lo privado. Es decir mientras el descalabro económico afecte a los ciudadanos, el estado se inhibe, pero si afecta a las grandes corporaciones que tutela con especial cariño, interviene con el dinero de esos ciudadanos. Como gráfica y acertadamente ha dicho un comentarista “se privatizan lo beneficios y se socializan las pérdidas”. Es una hipocresía tan grande como la cometida en la guerra de Irak, en la que crecían de modo sideral las fortunas de las empresas cercanas al poder con un chalaneo multimillonario del petróleo, venta de armas, prestación de servicios militares (contratación de mercenarios), etc. Muy bien formuladas e inyectadas han de estar las anestesias de la religión, el patriotismo y el individualismo para que los ciudadanos norteamericanos no sólo acepten estas actuaciones, sino que incluso las jaleen y ofrezcan miles de “sus muchachos” en sacrificio guerrero y a una cuarta parte de la población arrojados a la pobreza como mal necesario para que el sistema funcione. En nuestro país, las cosas son bastante diferentes; el estado es proteccionista con los ciudadanos y con las grandes empresas, siendo los menos arropados los auténticos creadores de empleo; las PYMES y los empresarios autónomos. Una cosa realmente extraña y paradójica. Ahora, que esto durará sólo hasta que los autónomos descubran que si paran sus actividades, paran el país. En ese momento, el estado tendrá un montón de nuevos hijos a los que proteger. En España, cada vez que a alguien tiene problemas económicos, o cualquier desdicha, se busca la culpa y el amparo del estado. Conozco a un amigo que le hecha la culpa de sus borracheras al estado porque permite que se venda alcohol libremente. En España tenemos un gran club de expertos chupadores de la teta del estado. Hasta los pobrecitos constructores quieren que les ayuden ahora que ya no ganan burrerías. Supongo que existe un punto intermedio entre el liberalismo salvaje y la cultura del proteccionismo. Y que habrá gente con algunas luces que estará interesado en alcanzarlo.
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