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El Puente. León Molina

Crisis y políticos

Crisis y políticos

La actual crisis económica nos ha pillado a todos por sorpresa, por más que como siempre, aparezcan los listos que ya lo sabían. Es cierto que ante los años del gasto y crecimiento lunático, todos hemos dicho o pensado alguna vez que “esto va petar a algún día”. Pero no nos engañemos, sin saber ni cómo ni cuándo. El caso es que nos ha pillado por sorpresa cuando de hecho ya estábamos perdiendo empleos de forma masiva, cuando las pequeñas empresas estaban sufriendo bajadas históricas en sus facturaciones y cuando ya los bancos había cerrado el grifo de la financiación. De pronto el que más y el que menos se ha sorprendido a sí mismo preguntándose si le iba a tocar a él. Y desgraciadamente a muchos sí les ha tocado y a otros muchos les va a tocar próximamente esa lotería maldita al estilo de las invenciones de Borges. Y para todos la zozobra y la angustia porque al dirigir la mirada interrogativa hacia los responsables políticos y económicos no hay respuestas claras y sí la evidencia de no tienen ni idea de qué pasa exactamente ni qué tienen que hacer. No sé en otros países, pero en España el espectáculo de nuestros dirigentes ha sido patético y descorazonador. En el inicio de la crisis el gobierno se escondió debajo de la cama y salía sólo de vez en cuando para decir que no pasaba nada grave y que de crisis nada.  La capacidad de liderazgo de Zapatero ha quedado seriamente tocada probablemente sin remedio, porque repartir en la abundancia es fácil, pero ante las dificultades hay que dar la cara con determinación, valentía y sinceridad antes de que todo esté ya muy tiznado. Llegados a este punto Solbes se ha puesto a repetir los esquemas utilizados por el resto de países de nuestro entorno. Por el camino el ministro –sin duda inteligente y capaz- ha soltado unas cuantas mentiras que lo han apeado de su pedestal de técnico inmaculado mostrando sus manos manchadas en el fango de la política rastrera de la lucha partidista.  En los comienzos del problema, la oposición trataba de erosionar al gobierno y arañar votos mientras éste trataba, con perdón, de salvar su culo cuidando que no se le escaparan los suyos. Ahora parece que con el susto en el cuerpo ambos se están centrando en las soluciones. Esperemos que no sea demasiado tarde y que encuentren el mejor camino. Y esperemos también que cuando salgamos de esta y el futuro nos traiga de nuevo dificultades tengamos algo mejor donde echar mano que estos políticos actuales. Parece un lugar común pero quizás no sea ocioso recordarlo: En nuestras manos está.

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