Blogia
El Puente. León Molina

El antivoto

El antivoto

Todo parece indicar que Rosa Díez y su partido caminan día a día hacia un importante incremento de sus expectativas de voto. Algunos creen que se convertirá en la tercera fuerza política real por delante de la malherida IU y que puede incluso convertirse en partido bisagra decisivo para la gobernación del país por encima de los nacionalistas vascos y catalanes. Yo desde luego no me reconozco visión a tan largo plazo, pero lo que parece desde luego muy probable es que mejorará sus resultados de modo notable. De todo esto hay algo que me intranquiliza. Y es que me da la sensación de que el partido de Rosa Díez es en realidad el antipartido y el voto que está amasando es en realidad el antivoto. Porque quienes manifiestan su intención de votar a UPD (o se lo están pensando, como suelen decir) suelen plantear esta decisión o posibilidad como un voto de castigo a los partidos dominantes más que como un gesto de confianza hacia sus propuestas. Entre otras cosas porque muy poca de esa gente podría decir casi nada de las ideas políticas de Díez ni sus propuestas o programas, aparte de que le caen muy mal los nacionalistas y que “mete caña” cuando habla de los partidos grandes. Yo pienso que el antinacionalismo es hoy un discurso populista porque muchos compartimos el hartazgo de la pesadez y abusos de los partidos nacionalistas, pero eso habría que traducirlo a enumerar las competencias autonómicas que se van a eliminar, por ejemplo. Yo me temo que ninguna. Pero además he leído que Rosa Díez se define como liberal progresista y ahí sí que da un poco el pasmo y la cosa me suena a empanada ideológica. Para mí eso es una contradicción en sus propios términos. No se puede ser al mismo tiempo Thatcher y Olof Palme. Por otra parte, dar caña cuando se tiene un solo diputado con la intención de conseguir más es fácil, pero si consigue muchos, ¿se dará caña a sí misma?. Quizás los que estamos hartos no deberíamos olvidar que existe el voto en blanco, y que podemos también decidir no ir a votar. Mientras tanto yo seguiré intentando enterarme qué narices propone Rosa Díez.

0 comentarios