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El Puente. León Molina

Evolución

Evolución

Para nosotros la evolución natural de la especie es algo casi carente de interés en cuanto a su proyección futura. Sí es significativa y muy interesante la evolución cultural de la especie. El proceso que describe Darwin se desarrolla en miles de generaciones y por tanto para ver algún cambio significativo habríamos de esperar un tiempo semejante. Sin embargo los cambios culturales (los que son fruto de la ciencia y el conocimiento) se producen ya a una velocidad perceptible incluso en el corto espacio de una vida humana y su aceleración irá en aumento. Del mismo modo que algo tan común como el ordenador personal en el que escribo y me asomo al mundo a través de Internet no existía cuando yo era joven, los seres humanos genéticamente modificados comienzan a vivir a nuestro lado. Y la cosa no ha hecho más que empezar tímidamente. Esto ocurre y ocurrirá en tal magnitud, que la evolución cultural de la especie podrá fin a la evolución natural. Darwin de este modo se convierte en un arqueólogo de la evolución y su teoría a pesar de su belleza deslumbrante y su certeza probada verá amputada una de las caras más hermosas de las teorías científicas, tal cual es la capacidad de predecir acontecimientos futuros. La obsolescencia de la teoría de Darwin –sólo en este sentido- es un paradigma de nuestro mundo. La pasión del viajero ilustrado que sale al mundo para mirarlo y entenderlo se ve sustituida por equipos de investigadores apoyados en un enorme aparato tecnológico. El individuo sucumbe de alguna manera ante el poder de los equipos y las corporaciones de todo signo. Y no digo que no pueda ser interesante leer un tratado de genética, pero no puede ser comparable con la lectura de la narración del viaje de Darwin a bordo del Beagle; toda una hermosa aventura a escala del individuo. La teoría de la evolución quedará para siempre como un hito en la historia del saber humano y comprenderemos hasta qué punto esta teoría abrió nuevos caminos al conocimiento. Pero pronto dejaremos de ser los hijos del mono para ser otra cosa.

Darwin será una foto en una galería. Y el hombre un ser que corre fuera de los caminos, maravillosos y terribles, de una naturaleza moribunda.

4 comentarios

leon -

Es cierto lo de que los cambios a veces son muy ´rapidos (hay qye recordar el experimente ese famos de la granja de zorros). Pero eso no quita, creo, razón a la reflexión en general. Sobre tu punto 2 creo que hay que tener cuidado. La sobreexplotación de las ideas a veces es fatal para los acuíferos de la inteligencia.
Saludos

Chobal -

Hola:
COmo he estado un montón de tiempo sin internet en casa no había leído nada del blog y ojeando los artículos no he podido evitar empezar por este. Y lo siento mucho pero no estoy de acuerdo con vosotros.
1) La evolución no va tan lenta, las especies pueden modificarse enormemente en una sola generación.
2)Las teorías expuestas por Darwin se pueden aplicar a todos los ámbitos de la vida, ciencia, salud, sociales. Entender el Darwinismo es una forma de entender el mundo.

León -

Pues sí mi querido amigo. Pasa en todos los órdenes de la vida. Por ejemplo en política; ¿qué fue de aquellos sencillos y maravillosos sueños de libertad, igualdad y fraternidad?. Eso lo entendía cualquier ser humano de inteligencia normal y le podía llenar de ilusiones y entusiaismo (para bien y para mal, que no hablamos de eso), lo de hoy no lo entiende ni dios. Y el no entiendimiento, como tú bien dices, domestica.
Saludos

Dani -

Es cierto. Las grandes teorías como la de Darwin, que en un tiempo hicieron temblar las bases de toda la ciencia conocida hasta ese dia, ya solo son piezas de anticuario. Se han convertido en un mapa de bits en cualquiera de las 166.376.987 entradas que se nos ofrecen en los muchos servidores de la red ad infinitum.
La ciencia, en su asolador camino, no tiene tiempo para fijarse detenidamente en nada.
Todo parece obsoleto, porque hoy en día todo nace obsoleto, especialmente si hablamos de la ciencia tecnológica.
Y me sería inconcebible afirmar que la ciencia no nos ha hecho mas jóvenes, mas fuertes, vigorosos y longevos. Que ha curado enfermedades incurables y nos ha dado un poder que jamas imaginamos.
Pero ese desarrollo bestial e inconmensurable tambien nos ha domesticado. Nos ha hecho individuos dóciles y enajenados.
No vivimos para luchar por el progreso, contamos con el, como en occidente se cuenta con una plato de estofado a mediodía. Nos vamos separando poco a poco de la reflexión ética en lo concerniente a cualquier aspecto de la ciencia. Pues la ciencia es ya TEOciencia y cada palabra suya es nuestra verdad reveldada.
La ciencia, sin pecado concebida.
Y sí, hay pocas cosas esteticamente mas placenteras que leer acerca del asombro de una viajero en su barco de madera, oteando el mundo con una pavorosa sed de conocer y conocerse, de saber que es aquello que le rodea. Y nos asombramos con el, y disfrutamos. Para luego caer rendidos a las ondas que un satelite nos envía, cargadas de divertida dinamita.