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El Puente. León Molina

¡Vaya semanita!

¡Vaya semanita!

¡Vaya semanita, cuánto acontecimiento, qué despliegue de medios de comunicación! El Barça y el Madrid, durante la primera parte de la semana han estado entreteniendo a los millones de parados de este país y haciéndoles olvidar su situación y sus penas. Qué buena gente son. Mourinho, que gana casi toda la pasta que han dejado de ganar esos parados, es fantástico. Yo creo que es un tío inteligente, un gran pensador, pero no para de decir gilipolleces porque es consciente de la labor social que cumple ante las cámaras. Debemos estarle agradecidos. A él y a los periodistas que nos regalan cientos de horas con las cosas de Mou y otros artistas del elenco como el mudito Messi y mascachapas delantero del Madrid. En la mitad de la semana pasamos del pantalón corto a la larguísima cola del traje de novia de una señorita pija que se casaba con un nieto de la presidenta de la organización de las colonias inglesas del S XIX, a la sazón reina del reino unido de normandos y sajones. No cayeron en pedirle su análisis a Mou, que hubiera quedado muy bien. Con el anacrónico espectáculo de reyes, príncipes y “acoplados”, se le saltaban las lágrimas a los súbditos anglosajones y anglicanos y a los católicos. Éstos últimos estaban entrenando, no sé si secretamente a las órdenes de Mou, para el gran espectáculo del Vaticano apenas repuestos un par de días después. El papa polaco ascendía de nuevo de categoría como un cohete,  en una carrera  que le ha llevado en tiempo récord desde la regional preferente en su pueblo hasta la premier league de la santidad. Aquí sí que de verdad veo yo que de algún modo ha debido de estar presente  la mano de Mou, porque la vertiginosa carrera de Karol se ha construido sobre una sólida defensa, con todo el equipo cerrado atrás y saliendo a la contra de modo fulminante por todo el mundo. En el final de la semana, toda la información se centró en los datos de la EPA; casi cinco millones de parados. Esto ha tenido bastante menos gracia. Sobre todo porque nadie estamos seguros en realidad de que Mou esté dispuesto a hacerse cargo de la situación. Si se confirma el temor y Mou no interviene, lo tenemos realmente crudo. Esta semana la tele ha sido de verdad un manantial emocionante.

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