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El Puente. León Molina

El mazo

El mazo

Cuando definitivamente el mal ya está hecho y hay que afrontar la salida de la crisis, en efecto hay que hacer reajustes en el gasto para salir del hoyo. Estos reajustes deberían cumplir dos objetivos; eliminar gastos de los que se pueda prescindir y que sirvan para empezar a caminar en una dirección que cambie la estructura que nos ha llevado a la situación actual. Resulta evidente que los gobernantes no están mínimamente decididos a dar pasos para cambiar el modelo y no ponen en cuestión el origen del mal, tal cual es una economía liberal a ultranza. El peso de los recortes se ha cargado fundamentalmente sobre los hombros de los trabajadores mientras por ejemplo los bancos nos dicen que han ganado “sólo” no sé que burrada de millones. Recortar el gasto social es fácil, una idea accesible para tontos, pero ahorrar en todos los recovecos de la administración pública y sus derroches necesita un esfuerzo analítico, determinación, vergüenza y generosidad políticas que desde luego no sobra en estos tiempos. Ejemplo típico podría ser la locura del AVE. Inversiones públicas tremebundas para crear  un tren de Albacete a Madrid que ahorra veinte minutos, con un billete carísimo que hace que vaya vacío. ¿A quién le reclamamos ante este dislate?. Pero donde esta dirección política resulta desastrosa para nuestro futuro es en educación e investigación. Ya han empezado los recortes en educación, que ya estaba mal,  justo donde no hay que recortar sino justamente invertir más para sembrar un futuro mejor. Y en investigación… Hace unos días unos chavales universitarios que tienen un proyecto capaz de competir en un concurso en el Instituto Tecnológico de Massachussets buscaban como locos unos seis mil euros para los gastos que le ocasiona esa participación. No les hicieron ni caso. Lo pidieron en Internet y los sacaron en la televisión y allá que se presentó la ministra del ramo sonriente diciendo que apoyaban a los jóvenes y que el ministerio les daría una cantidad igual a lo que consiguieran en su campaña. Lleno de vergüenza e indignación apagué la tele. Se perpetúa el modelo de economía salvaje, de la cutrez y la desfachatez mientras nosotros aguantemos. Porque al loro con los que vienen detrás; están esperando a que les den el mazo para remachar el clavo.

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