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El Puente. León Molina

La leona herida

La leona herida
Irak es una leona herida que arrastra sus cuartos traseros sobre la arena. Su dolor fue puesto en relieve en la antigua Mesopotamia para que llegara hasta nosotros su rugiente agonía. Para caer heridos y morir dejando un rastro de sangre, los irakíes no necesitan ya al genocida. El furor del asesinato está desgobernado y crece con el desorden de un tumor maligno. La bestia del caciquismo guerrero ha sido liberada por extranjeros. La gente de orden Norteamérica, dolida por el cruel asesinato del 11S, salió por el mundo con antorchas a linchar al primer país que no pudiera explicar qué hacía aquel día de la orgía sangrienta. Y encontraron a Irak con las manos manchadas de petróleo. El cabecilla vociferante, jaleado por sus aliados, tendió la soga y en medio del tumulto los pies de Irak quedaron colgando inermes. Los gusanos de la guerra están alcanzando ya sus huesos mientras en los hogares de aquella turba se reparte la cena como siempre dando gracias al Señor por sentarse a su mesa con ellos con los bolsillos llenos de bendiciones.

La leona se arrastra mientras los sacerdotes siguen disparando sus flechas envenenadas. No tienen siquiera la compasión necesaria para dejarla morir en paz. Sus rugidos pueden oírse en el mundo entero.

Irak recibe la muerte desde dentro y desde fuera. Desde fuera recibe con ojos azorados el desdén de los que pasan a su lado y ni siquiera hacen un gesto de ayuda, quizás por miedo al agresor que aún sujeta a su lado el arma homicida. Desde dentro recibe las heridas de la distinción de razas y nacionalidades. Heridas que se infectan rápidamente con el aire venenoso de las religiones. Para ambas cosas tienen sobrada experiencia; ellos fueron de los primeros constructores de imperios y de religiones. Quizás llevan demasiado tiempo enfermos por las iluminaciones de los poderes terrenales y celestiales.

Llevamos años escuchando la lista de bajas a la hora de comer. El telediario nos ha acostumbrado a mezclar los muertos con la sopa y tenemos que desconectar el cerebro para poderla digerir. Han caído ya seiscientos mil culpables inocentes. Una colosal montaña de cadáveres que en la distancia componen las formas de una leona herida arrastrándose sobre las arenas del desierto.

14 comentarios

León -

Estoy convencido de que la paz se deberá al esfuerzo de unos y otros, a la voluntad de un pueblo y de todos los gobiernos que ha habido en la España democrática, PP y PSOE, sin excepción. Este tema exige honestidad y nobleza. Y con ello termino.

Anónimo -

León, Anaximandro está enfadado. Me ha contado que le has escrito que en tu opinión está muy radicalizado e instalado en un furor antiizquierdista que lo lleva a apartarse constantemente de la ecuanimidad, como se demuestra, sin ir más lejos, en las últimas líneas de su último comentario cuando dice "zapaterismo batasunista". Has afirmado que esa expresión es malentincionada, injusta y encierra una falsedad demagógica. Acabas con que lo que túo criticas o no criticases tu potestad.

Tú eres entonces el adalid de la ecuanimidad y el oráculo ante quien consultar si los mortales estamos siendo ecuánimes o no. Aseveras que tú te diviertes escribiendo sobre lo que te apetece. ¿Qué piensas, que a Anaximandro le salen almorranas cuando da su opinión en este magnífico foro. León, entérate: tú defiendes la bandera del progresismo sectario. Y mi amigo te invitaba a tirarla a la basura. El no te señalaba temas ni líneas. Te sugería amablemente que abordases el asunto de las enormes agresiones del felipismo y del zapaterismo contra los que no somos progresistas. del felipismo. Trátame bien a Anaximandro, por favor, que es muy sensible. Él no es malintencionado, injusto o demagógico al hablar de Zapatero y Batasuna, pues ni ETA tiene voluntad alguna de desaparecer, ni Batasuna ganas ningunas de condenar el terrorismo. El asalto al arsenal de Nimes ha dejado al Gobierno al borde del game over. Para evitarlo, el PSOE ha recurrido a las dos medidas acostumbradas: en primer lugar negar y retrasar la aparición y confirmación de las noticias que muestran que ETA ni ha dejado las armas ni está dispuesta a hacerlo sin precio político. Desde el atentado etarra a la ferretería de Barañáin hasta el robo de las pistolas en Francia, el Gobierno ha puesto en duda incluso los informes policiales. En el último caso, la policía francesa ya ha confirmado que se trata de pistoleros de ETA. Pero el gobierno retrasará reconocerlo oficialmente hasta que pase el tiempo oportuno.

La segunda medida consiste en impregnarlo todo de una cháchara fangosa e inextricable. Ante los actos etarras, el gobierno se dedica a hablar mucho precisamente para no hacer nada. Finge indignación, anuncia responsabilidad y firmeza, dice tomar nota para precisamente no tomar ninguna determinación y ninguna decisión. Esta palabrería vacía de contenido tiene tres componentes. El primero es la solemnidad hueca de la cháchara buenista y pseudopacifista; como se busca la paz, nadie tiene derecho a criticar el objetivo maravilloso y feliz que Zapatero pretende conseguir para nuestro país. Y cualquiera que critique la negociación con los etarras es un enemigo de la paz que busca, por cuestiones electorales, que ETA vuelva a matar.

El segundo componente: el gobierno alude a unas supuestas técnicas negociadoras que exigirían secreto, discreción y silencio. Es decir, que los ciudadanos dejen en manos de Rubalcaba, López y Josu Ternera el futuro de España y el País Vasco. Zapatero anuncia la paz para España, pero sin los españoles. Desde el comienzo, Zapatero ha hurtado a la opinión pública cualquier información sobre la negociación con ETA, y lo ha hecho sin ningún tipo de rubor democrático. En relación con esto, en tercer lugar, está la afirmación repetida de que el gobierno tiene información que el resto de mortales desconoce sobre las verdaderas intenciones etarras, razón por la cual los españoles no deben preocuparse por los atentados, asaltos, amenazas y robos etarras.

La cháchara gubernamental pinta bien en el telediario y en las portadas de los periódicos, y quizá ayude a ganar elecciones. Pero enfrente no tiene a un partido político, ni a una opinión pública. Tiene a una banda terrorista que ejerce el terror como única forma de conseguir llevar a cabo un proyecto totalitario incompatible con cualquier forma decente de democracia. Cada vez que el Gobierno balbucea una crítica a los desmanes etarras, Batasuna y ETA sacan pecho; el último, el proetarra Permach, cuando espetó a Zapatero con descaro que "a ver a qué consecuencias se refiere" tras el balbuceo presidencial la noche anterior por el asalto etarra. Y es que ante la cháchara de Zapatero, ETA pone encima de la mesa una propuesta clara y contundente: su provisión de amonal.



León -

Anaximandro, puedes escribir lo que quieras. Sólo te insisto en que no creo que esa actitud conduzca a nada. Ten en cuenta que desde la izquierda se puede hacer una lista de cargos sobre actuaciones de la derecha no menos larga que la tuya. Estoy seguro que en la izquierda hay gente que se indigna con las tropelías que comenten los políticos de su ámbito ideológico, del mismo modo que sucederá en la derecha. Creo que no se puede mirar sólo en una dirección, e insisto, una dinámica de lanzarnos mutuamente esa mierda a la cara, no creo que conduzca a nada. Me parece mucho más interesante el debate de ideas y no una lucha del tipo de "sois malísimos y nosotros buenísimos". Pero en ese caso tendrías que hacer un esfuerzo. En mi opinión estás muy radicalizado e instalado en un furor antiizquierdista que te lleva a apartarte constantemente de la ecuanimidad, como se demuestra, sin ir más lejos, en las últimas líneas de tu último comentario cuando dices "zapaterismo batasunista". Esa expresión es malentincionada, injusta y encierra una falsedad demagógica. Así es difícil. Respecto a lo que yo critico o no critico, debes reconocer que es mi potestad. Yo me divierto escribiendo sobre lo que me apetece y sólo espero que a los lectores les pase, con suerte, lo mismo. Lo espero contigo también. Yo no defiendo ninguna bandera, por lo que que nadie puede señalarme los temas ni señalarme la línea de los contenidos.
Saludos

Anaximandro -

DURRUT,estás nervioso y no dialogas. Insultas. Yo sólo os llamé progres. Vosotros me habéis llamado fascista, neocon, ultraliberal. León,tú puedes pensar que decir que la izquierda es algo así como una banda organizada de asesinos, ladrones, prevaricadores, nepotistas, liberticidas y unas cuantas cosas más no nos conducen a ningún lado. A mí me conducen a expresar mi opinión, fundamentada en los hechos descubiertos por una parte de la prensa española. He extraído unas conclusiones de unos hechos públicos y en algunos casos juzgados. Han intervenido cientos, miles de dirigentes socialistas y en esos hechos ha habido cientos de robos de cantidades enormes de dinero, decenas de asesinatos y otros delitos contra las personas, sus bienes, contra la Justicia y el estado de derecho. Supongo que no lo negaréis. En un país con una democracia asentada, un partido político como el PSOE habría desaparecido. Los militantes y dirigentes honrados habrían salido huyendo al día siguiente de conocer la vigésima parte de lo que sucedió y sucede. Por qué no sucedió en España te lo dejo para un próximo artículo, León. Porque si tienes testiculina para, al menos en este blog, decir que Fidel te parece un tirano abominable, también debieras tener para denunciar los crímenes del comunismo, del socialismo, del felipismo y del zapaterismo batasunista. ¿O sólo vas a ser crítico con Bush, con Aznar y con Israel? Que la izquierda en España en el siglo XX ha recurrido al crimen cuantas veces lo ha considerado necesario es evidente. Está en los libros de Historia. Decir esto a mí me conduce a decir mi opinión. Pero si os resulta insultante,no escribiré más. Un abrazo.

Durruti -

Vale. Prometo moderarme. Pero ata al doberman, que un bicho con más colmillos que cerebro me pone un poco nervioso.

Puli -

A la atención de Serafín y Anaximandro:
Cuando se tiene fe ciega y sincera en los milagros o en las brujas o en la perfidia de los judíos, se nos acumulan las evidencias de que existen los milagros, las brujas o los judíos que crucifican niños para beberse su sangre. Muchas de estas cosas dejan de existir y manifestarse cuando la gente deja de creer en ellas. Si empezamos a creer que los musulmanes son todos ellos unos fanáticos dispuestos a incendiar Occidente, empezaremos a ver por todas partes signos que nos darán la razón. No es que tales signos sean falsos: lo que sucede es que de toda la vasta y contradictoria realidad del islam sólo seleccionamos y ponemos en valor esos signos que dan la razón a nuestra certidumbre, esos signos y no otros, del mismo modo que en el pasado la plebe o la Iglesia sólo seleccionaban y ponían en valor los signos, indicios y comportamientos que confirmaban su convencimiento de la perfidia judía. Mucha gente honesta de entonces creía que los judíos eran todos unos usureros o que habían amasado grandes riquezas a costa del pueblo. Más tarde la historia ha mostrado que tales generalizaciones eran absolutamente disparatadas. Y no sólo eso. La historia ha mostrado algo incluso peor: que tales generalizaciones eran temerariamente disparatadas.También muchísimos alemanes del periodo de entreguerras sentían sinceramente que los judíos eran una amenaza inequívoca y del todo inminente para Alemania, pero lo cierto es que apenas eran el 1% de la población y no tenían capacidad alguna de poner en peligro nada. Hay que andarse con un poco de cuidado, sobre todo porque las televisiones y los periódicos tienden también a seleccionar de la realidad aquellas cosas que sus audiencias esperan de ellos que seleccionen.

León -

Serafín: En línea con mis comentarios anteriores, debo reconocerte y agradecerte, independientemente de los contenidos, el tono de tus mensajes.

León -

Durruti: Te ruego que te moderes.

León -

Anaximandro:Creo que esa línea de descalificaciones globales donde vienes a decir que la izquierda es algo así como una banda organizada de asesinos, ladrones, prevaricadores, nepotistas, liberticidas y no sé cuantas cosas más no nos conducen a ningún lado. Sobre todo creo que carecen de interés para el intercambio de ideas que a mi juicio es el valor que puede tener este blog (al menos yo lo abrí con esa intención). Te invito pues a que nos movamos todos en el ámbito de los hechos y de la razón. Gritarnos todo tipo de improperios no sé para qué sirve.

Serafín Fanjul -

Hace unos días, una escritora y periodista –digna de todo respeto– me dejó perplejo con la conclusión a que llegaba, a través de un análisis y percepción correctos, sobre el mundo musulmán (ella decía "árabe", hasta que en el curso de la polémica rectificó): según ella, los musulmanes habían sido los perdedores del siglo XX, por no haber podido salir del subdesarrollo, la ignorancia y el fanatismo. Por consiguiente, y muy conscientes de que "Occidente" era el causante de sus males, reaccionaban contra nosotros como herederos de los autores y partícipes en el desaguisado. Dado que no me hallaba ante una progre al uso y consumo de Prisa, intenté explicarle que de perdedores, nada; sin embargo, la conversación derivó por otros derroteros y ya no les refiero cómo terminó el cuento porque carece de interés.

Dos asuntos, no obstante, quedaron flotando para mi reflexión: cómo ella había arribado a semejante puerto, navegando por aguas claras y con buena visibilidad, y qué hay de verdad en la supuesta condición de vencidos de la comunidad musulmana. Tengo para mí que el victimismo perpetuo que se gastan, junto al hecho objetivo de que subdesarrollo y anquilosamiento social presiden la vida de todos esos países, pueden empujar –incluso a entes pensantes y resueltos a plantar cara al islamismo, como era el caso– al corolario arriba expuesto. Y eso por más que esas poblaciones, cuyo denominador común es el islam, no se sientan especialmente afectadas por la pobreza (siempre fueron pobres), el despotismo de sus gobernantes (norma habitual entre ellos desde Asurbanípal y más atrás) o la ignorancia (para ellos, la verdadera sabiduría): la sumisión sin razonamientos ni interferencias incómodas para el auténtico camino de fe y salvación, el suyo.

No son esos los problemas que les inquietan ni los motivos de su odio, sino la conciencia de su insignificancia tecnológica y de poder (lo cual tratan de modificar con el arma del petróleo, quienes lo tienen), en tanto desprecian nuestra cultura y nuestra sociedad, a las que juzgan manifiestamente inferiores a las suyas, amén de corruptas. Y, sin embargo, rabian por emigrar a nuestras tierras ("a recuperar lo que les arrebatamos") y convertirlas a su fe. Por descontado, toda la ficción es imaginaria y gratuita, sin más entronque con la realidad que el hecho cierto de su resentimiento. Pero dudo mucho que los musulmanes –no digamos los islamistas– tuvieran por éxito histórico de sus comunidades la liberación efectiva de la mujer, el desarrollo natural de la sociedad abierta en todos sus ámbitos y la admisión de extraños sin cortapisas en el seno de sus países, como aquí se hace. Problemas económicos y burocráticos aparte.

En 1962, un millón de franceses hubo de salir de Argelia a uña de caballo para no perder la vida; un poco antes, en el Egipto naserista se expolió y acogotó a los europeos (los odiados jawagat) hasta dejarlos en la indigencia para rematar forzándoles a emigrar (a Canadá, Europa, USA, Australia); la presión contra los cristianos de todo Oriente Próximo no desmaya un solo instante y ya va tiempo que está dando un excelente resultado en la disminución de estos antiquísimos pobladores, tan malquistos de los muslimes. Pero no sólo se reduce el número de cristianos allá, también se incrementa geométricamente el de musulmanes acá. Una vez más la ausencia de reciprocidad y equilibrio preside nuestras interrelaciones, supliendo las soflamas y el victimismo al análisis de los hechos reales. Hay que añadir que con el concurso ingenuo o mercenario de no pocos occidentales. Sospecho que, sin percatarse, mi interlocutora remaba en el primer barco.

Y queda el asunto de los perdedores. Comenzó el siglo XX con varios imperios hegemónicos o muy fuertes a la sazón: todos se desintegraron en la Gran Guerra o la terminaron heridos de muerte. El imperio alemán, el austrohúngaro, el ruso, el otomano se esfumaron y el poder de las vencedoras Inglaterra y Francia resultó tan dañado que en la Segunda Guerra Mundial acabaron de liquidar su carácter de potencias de primer orden. Otros han sido los auténticos perdedores del siglo XX, como Alemania en 1945 (ocho millones de refugiados, amputación en el este de una tercera parte de su territorio, destrucción absoluta de todos los recursos, tres millones de muertos, largo cautiverio de otros tantos, conmoción de la propia identidad nacional), Japón (destrucciones incontables, pérdida de todos los territorios exteriores al archipiélago, cuestionamiento de la autoridad del Mikado) o Rusia (implosión del estado soviético que arrasó la herencia del zarismo, pobreza y subdesarrollo, pese a contar con las mayores riquezas naturales del planeta).

Los países del islam han pasado en un siglo de colonizados a independientes en su totalidad, las oligarquías locales –que en diversos grados y maneras colaboraron con las potencias coloniales– se han alzado con el santo y la limosna y ahora detentan inmensos recursos para su disfrute en exclusiva o para la proyección al exterior de sus ansias de dominio. La explosión demográfica, junto a la penetración masiva del islam en tierras ajenas, les ha conferido un peso fuera de sus fronteras originales que nadie podía imaginar hace cincuenta años. Los más de veinte países de la Liga Árabe y los cincuenta y siete de la Conferencia Islámica tienen un peso a escala planetaria que difícilmente puede calificarse como propio de perdedores. Las bromas que –ya con frecuencia- se permiten de aleccionar, protestar, amenazar por nimiedades que suceden en Occidente (omito la lista reciente, por bien conocida) se han convertido en denuncia implícita de la cobardía y el escapismo de nuestras gentes pues, por supuesto, nadie insinúa la menor sugerencia sobre contrapartidas allende el mediterráneo. Estamos pagando el barril de crudo a sesenta dólares. ¿Quién explota a quién? ¿Qué hacen con tal montaña de dinero? ¿Cuándo nos percataremos de que no hay razones materiales objetivas para esta situación y de que sólo se requiere un giro en la psicología de las masas y –¡ay!– en la falta de honradez de los políticos?

P.D.: Se me olvidaba: adivinen quién fue el ganador neto en el siglo XX.

Durruti -

Curioso desliz el tuyo. Detrás de los grises corriais vosotros, nosotros delante.
Que te den, casposo.

Anaximandro -

En cuanto os dicen cuatro verdades, empezáis con ¡Fascista, fascista, fascista!Yo llamo a León progre porque el me llamó ultraliberal y neocon, pero es porque el me ve desde la extrema izquierda.
Y a ti, DURRUTI, te digo que durante el siglo XX, callasteis ante los horrores del estalimismo, de los regímenes totalitarios comunistas que acabaron con la libertad y la vida de muchos millones de personas.
Los “valores” de la izquierda son:
1. La mentira, el engaño a la gente. Un buen ejemplo es Rubalcaba, el ministro portavoz de los gobiernos de González.

2. El crimen. Los veintiocho asesinados por los GAL, organización terrorista dirigida por el señor X, Barrionuevo y Vera.

3. . La superioridad moral frente a la derecha. Ejemplos: Los hermanos Guerra, Urralburu, Luis Roldán, Mariano Rubio, La Expo 92.

4. Los miles de millones robados de los fondos reservados y de las arcas públicas. Los miles de millones robados a los empresarios. Los miles de millones robados de los bancos a sus clientes.

5. Los pelotazos para el coche, el chalé y la nueva esposa.

6. Acabar con la libertad. Grabaciones al Rey, a periodistas, a empresarios, a políticos de la oposición.

7. Dossieres y persecuciones mediáticas contra los periodistas, empresarios o políticos incómodos para destruirlos.

8. Las recalificaciones de terrenos. Miles de millones para el partido y para la familia.

9. Colocar a los hermanos, hijos, sobrinos, cuñadas y demás familias y repartir el botín de los dineros de la gente en los ayuntamientos, comunidades autónomas y del resto del Estado.

10. La destrucción de la división de poderes. Ataques a los jueces que no son serviles y genuflexos.

11. Conservar el poder aunque haya que rendirse a los terroristas y acabar con la nación española.
12. Considerarse la única opción política con legitimidad para ostentar el poder y matar, mentir y robar para conservarlo. Es liberticida, carece de ideología y de valores morales. Su mentira se desmoronó gracias al Reino Unido, EEUU y Juan Pablo II.

13. El odio a la cultura de Occidente y el apoyo a todo lo que haga daño a las democracias liberales. Por eso defiende a los terroristas de Irak a los que llama la resistencia. Por eso apoyó y apoya a Fidel Castro. Cuba era un país próspero antes de Fidel. Supongo que de eso León sabe algo. Pues la izquierda simpatiza con Fidel, con Hugo Chavez, con Evo Morales, con el psicópata, asesino y torturador Ernesto Guevara. Como ellos no los han sufrido ni los sufren. ¡Cuánto cinismo!¿Les vas a enseñar esos "valores" a tus hijos, DUURUTI? Sí, vale, todos corristeis detrás de los grises. Las calles llenas de gente corriendo.

DURRUTI -

Anaximandro eres un demagogo de cojones. ¿Qué pasa si en vez de seiscientos mil son cuatrocientos mil los muertos?, ¿ya está todo bien?. ¿Qué pijo es eso de que los "progres" admiramos la cultura islámica?; Admiramos lo que hay que admirar en ella que es tanto como el cualquier otra y no su integrismo religioso medieval. ¿porque das a entender lo contrario?. ¿Qué hicisteis los fachas (me siento con derecho a llamarte así en la medida en que tu nos llamas progres)cuando las matanzas de Ruanda, si dicho sea de paso salvo Caritas y y las asociaciones juveniles del Opus las oenegés os mueven a risa y desprecio?. No sé para quién será EEUU el gran Satán, pero su política exterior es sin duda alguna inmperialista prepotente e intervencionista. Y en efecto a los "progres" no nos gusta que nuestro gobierno sea un lacayo sumiso de sus abusos arbitrariedades. ¿La participación de EEUU en la Guerra Mundial debe cercenar nuestro sentido crítico para siempre?, ¿Que parte de esfuerzo generoso y desinteresado y qué parte de autodefensa en términos geopolítocos hubo en esa intervención?.
¿Quién dice que no nos acordamos de los muertos y sufrimientos sin fin provocados por el comunismo, que no los condenamos y que no lo hicimos, la mayoria de los progresistas mucho antes incluso de la caída del bloque?. Lo dirás tú, porque te da la gana y por demagogia, per la realidad no es esa.
¿Que si quiero que vuelva Sadam?, ¿por quién nos tomas?, quizás es lo único positivo que haya salido de este asunto. Pero ¿fué la eliminación de Sadam la causa de esta guerra?. No me jodas. ¿Te paso la larguísima lista de dictadores y tiranos de todas clases que EEUU ha apoyado y sostenido en el poder, incluído el mismo Sadam?.
En tus líneas se aprieta la demagogia que nace de posiciones conservadoras cuadradas con mucho más interés por denostar asl "progre" que por criticar ecuánime y razonablemente.
Y por último, cuando hablas de "los progres" en este blog me doy por aludido porque sé que te refieres a todo aquel que no es ultraconservador o pepero, pero no me insultas. Me siento orgulloso de hablar a mis hijos de valores nobles y no me puede avergonzar contarles que yo corría delante de los grises pidiendo democracia que los conservadores no querían dar y ahora parece que la han inventado ellos. Pero esa división del mundo entre progres y fachas yo hace tiempo que la tengo superada, parece que tú no. Peor para tí.

Anaximandro -

No son sescientos mil los "caídos" en Irak. Esas son las cifras que dan los degolladores de occidentales y de iraquíes suníes. Son algunos cientos de miles menos. Sí, los matan a decenas con coches bombas. Cosas de la cultura islámica tan admirada por tantos progres en España. Esas muertes son tan terribles como las de millones de seres humanos en Ruanda y otros países africanos hace unos pocos años. Qué silencio tan terrible hubo entonces. No estaba el que es "el gran Satán" para los progres españoles, la gran nación norteamericana que libró a Europa de ser una granja de los nazis.
¿Por qué no os acordáis los progres de los más de cien millones de personas o "caídos", como tú dices, que asesinaron losdirigentes comunistas del mundo entero? ¿Por qué no os acordáos del más de un millón de muertos de hambre por el loco de Corea del Norte? ¿Quieres que vuelva Saddam y sus genocidios?