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El Puente. León Molina

Cambio de estación

Cambio de estación

Ya está aquí la primavera. Una primavera que llega casi nadando por los campos y se promete esplendorosa. Se abre como cada año la renovación de la vida  y llega a todos nosotros un cierto sentimiento de esperanza, una vez hayamos liquidado el trámite de las procesiones. Dan ganas hasta de pensar que se va a acabar la crisis de pronto. La primavera nos pone optimistas porque es el momento en que se pasa la página del largo invierno, estación que nos ha acorralado en nuestras casas y nuestros trabajos. Pero por esa misma razón desde hoy mismo yo comienzo a añorar el invierno. No tengo especiales manías con las estaciones o el frío y el calor, pero estimo que el invierno es una época del año en la que estamos más obligados a vivir cerca de nosotros mismos que en otras. Parece como si esta estación nos distrajera menos que las otras con sus explosiones exageradas de color, sus promesas de vacaciones y supuestas diversiones sin fin. El invierno es sobre todo tranquilidad y concentración. Estación silenciosa y de recogimiento que nos ayuda a entendernos mejor con nosotros mismos. Por eso considero que tiene tanto éxito el verano, porque es la estación de la dispersión, del salirse fuera de uno mismo, de marcharse del lugar propio, y esto para mucha gente es un bien preciado porque mucha gente no se lleva muy bien consigo mismo. Viene todo esto a cuento de que hoy mismo, día en que entra la primavera, mientras veía caer la lluvia mansa tras el ventanal en medio de delicioso silencio, un amigo me dice por teléfono que “ya queda menos para las vacaciones”, que ya se ha acabado “este invierno de mierda” y he sido consciente por un instante de que, en efecto, el invierno se acaba , que pasará mucho tiempo para que vuelva a ver la flor de la escarcha a adornar las hierbas que rodean mi casa, para sentir el tibio calor de la chimenea mientras fuera nieva en completo silencio, para sentir el vivificante viento frío golpeando mi cara en el monte. Amigo invierno, vamos a darle una oportunidad a la primavera, pero por favor no te vayas muy lejos, que muchos, allá por noviembre estaremos esperando tu frío y tu silencio desesperadamente.

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