No somos como ellos
La izquierda radical vasca acusa a las administraciones españolas y francesa de “guerra sucia” en referencia a la muerte de Jon Anza. Si no fuera porque no somos como ellos, se podría pensar que esas expresiones salidas de las más sucias bocas acaban por limpiar cualquier suciedad a la que se puedan referir. Pero no somos como ellos, y cuando un gobierno cayó efectivamente en la tentación de la guerra sucia, se lo reclamamos y se lo hicimos pagar. Y si cualquier otro gobierno cayera de nuevo en la tentación de igual modo expresaríamos nuestra condena y pediríamos que la justicia se aplicara contra él sin ningún tipo de paños calientes. Porque no somos como ellos.
El señor Eladio Fernández, ex concejal socialista de Orense, se pasa al PP y dice que ofrecerá a este partido la misma fidelidad inquebrantable que ofreció al PSOE. Después de unos años combatiendo incluso en los juzgados al tenebroso Baltar –un bestiajo mafioso que se la cuca hasta con su compañero valenciano Fabra si hace falta-, se arroja a sus brazos porque no lo pusieron en las últimas listas. Ya se ve pues su inquebrantable fidelidad. Se parece a aquellos diputados que recién obtenida su acta de diputados por la Comunidad de Madrid, en su primera votación entregaron el gobierno a la perdedora señora Aguirre. Si no fuera porque no somos como los Tamayos y Eladios renegaríamos de esta democracia que permite a los indecentes chaqueteros sus piruetas sin ninguna consecuencia. Pero no somos como ellos. A pesar de ellos queremos conservar esta democracia por más descosidos que se vean en su traje.
España atraviesa una profunda crisis económica que llena el país de angustias y desgracias personales y los dirigentes de los partidos mayoritarios no son capaces de ponerse de acuerdo para luchar todos juntos para salir de la situación, midiendo en clave electoral cada uno de sus pasos y encima quieren hacernos pagar el pato a los menos fuertes. Si fuéramos como ellos dejaríamos que todo se fuera al garete y con ese todo ellos los primeros. Pero seguimos trabajando, luchando y sufriéndolos a todos. Porque no somos como ellos. No somos como ninguno de ellos. No, no somos como ellos.
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