Blogia
El Puente. León Molina

Lectores de poesía

Lectores de poesía

Desde muy joven he disfrutado mucho con la lectura de poemas. Creo que casi no podría entender  mi vida sin relación a la poesía que he leído.  Poemas concretos y algunos poetas que son en sí mismos un universo y la mayor parte de lo que han escrito es magnífico. Soy capaz de recordar mejor las distintas etapas de mi vida en relación a la poesía que leía en ese momento que al trabajo que tenía u otras cuestiones tenidas por lo común como más importantes o al menos más significativas. Por lo que sé a muchos lectores de poesía les pasa algo similar. De modo que es un hecho que aquella persona que entra en el mundo de la belleza y la emoción poética entra en un mundo que le atrapa para siempre y que constituye para ella algo no marginal y accidental, sino algo central en todos sus acontecimientos vitales. Esto podría llevarnos a la perplejidad ante el hecho de que la poesía sea un arte muy poco frecuentado por la mayoría. El tanto por ciento de la población, incluso de la población lectora habitual, que lee poesía habitualmente es ínfimo. Y esa perplejidad pudiera llevarnos a hacer proselitismo, a ponernos a dar la murga con el tema o, si fuéramos poco considerados, afear a los demás su condición de no lectores de poesía. Sin embargo, he de confesar que no siento una gran desazón por el hecho que los aficionados a la poesía seamos cuatro gatos. Tiene sus aspectos positivos. El primero de ellos es que es un arte nada o muy poco mercantilizado y que por tanto no sufre del continuo ejercicio de gato por liebre que afecta al resto de las artes. De hecho ni los más grandes poetas de nuestra lengua ni sueñan siquiera con poder ganarse la vida con lo que escriben. Otro aspecto positivo es la alegría que suele producirnos encontrar a otra persona que lee poesía y con la que podemos conversar de eso que tanto nos gusta. En Albacete se está celebrando en estos momentos la novena edición del ciclo Poetas en Otoño, que nos trae a Albacete poetas muy interesantes que leen sus poemas y luego charlan con el normalmente pequeño grupo de personas que han acudido a escucharle. Y eso está bien. Pero puede que el reencuentro con otros amantes de la poesía sea lo mejor. Somos pocos, nos conocemos y sabemos lo importante que es la poesía para cada uno de nosotros. Para qué más.

0 comentarios