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El Puente. León Molina

De qué van

De qué van

No sé si han tenido ustedes la oportunidad de contemplar el triste espectáculo de las urbanizaciones y chalets que rodean las Lagunas de Ruidera y cuyas terrazas  se adentran incluso en las aguas de las lagunas, no sé si habrán visto la horterada en que se convierte en verano ese magnífico paraje natural, no sé si a alguno de ustedes se la ha caído alguna vez el alma a los pies viendo como el modelo  de las playas levantinas  de borrar la naturaleza del mapa y llenarla de edificaciones, ruidos y gentío en su versión gasón ha tomado uno de los rincones con más encanto de la reseca La Mancha en Ruidera. Si es así tienen ustedes algo nuevo que temer. Porque resulta que en las proximidades de Zapateros, en la sierra de Alcaraz algún  lumbrera urdió un plan para crear una presa que se alimenta de los arroyos de la zona.  Dicen que es para evitar inundaciones y almacenar agua. Resulta que allí no hay inundaciones y que no falta agua. Claro que al final con letra pequeña añaden que, de paso, servirá para uso recreativo, el cual es en realidad el verdadero motivo por el que se va a hacer esta presa, que cuesta la bonita cifra de 4.5 millones de euros. Se están arrancando miles de árboles, se está afectando a las poblaciones de especies de fauna protegida, se está destrozando el monte con las buldozer, todo para que llegue la legión de  domingueros unos cuantos fines de semana al año a colaborar con el desarrollo local comprando litronas y bocatas de tortilla, ¿O es que esta presa es el inicio inconfesable de posteriores desarrollos urbanísticos?. Veremos. Fácilmente se pueden hacer una idea de los que se puede hacer en los pueblos de la zona con esa pasta, pero es que habría que ser un poco lógico y sentir un mínimo respeto por a naturaleza. Y eso parece que no. Recuerden el felizmente fallido proyecto de los ochocientos chalets en zona protegida en Hellín. Eso sí, la gente que esté por allí podrá entretenerse viendo trabajar a los tramperos, cuya profesión será oficializada por la Junta. Entre Mahou y mahou el personal se podrá entretener viendo las zorras aterrorizadas caídas en las trampas. No voy a decir de lo que dan ganas, pero desde luego no de mandar besitos a los responsables regionales de la conservación de la naturaleza. No sé de qué van.

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