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El Puente. León Molina

Subsistencia

Subsistencia

La economía normal es la economía sumergida. La economía reglada por el estado y contributiva es una economía artificial y no pocas veces más fraudulenta que la sumergida. Me refiero principalmente a la economía básica de supervivencia y de intercambio entre particulares, no a la economía más compleja que se nutre sobre todo la propiedad de los medios de producción y de las plusvalías del trabajo asalariado. Esta economía genera riquezas que en justicia deben contribuir al sostenimiento de los servicios públicos, de igual modo que la renta de las personas cuando sus ingresos comienzan a exceder la línea que marca el mero sostenimiento de una vida digna. Existe una gran bolsa, especialmente en los tiempo que corren, de actividad de intercambio económico que se mueve por debajo de ambos límites –el enriquecimiento personal y el beneficio sobre el trabajo de otros-, es un gran mundo de pequeñas chapuzas, de venta de pequeñas cantidades de productos artesanos o agrícolas, de prestación de servicios técnicos, de trabajos pequeños, mal pagados y a salto de mata aunque puedan ser sofisticados como dar una conferencia o dirigir un seminario profesional. En todos estos trabajos la mayoría de sus autores no hacen factura, trabajan en “b”, porque entre otras cosas ser autónomo cuesta una pasta al mes y no saldrían las cuentas. Hay que recordar que millones de personas hoy en nuestro país viven de estas chapuzas  y bolos y de la generosidad de sus familias. Sin embargo el gobierno anuncia una gran batalla para hacer aflorar esta economía llamada “sumergida”.  ¿A nadie se le ha ocurrido establecer un nivel no contributivo y sin cargas para aquél que es capaz de buscarse la vida sin la ayuda del estado? Si con las pensiones se entiende, ¿por qué no con la actividad económica de subsistencia? Con cinco millones de parados hay que plantearse si la economía sumergida es un fraude o un mecanismo de legítima defensa frente al estado amancebado cobardemente con los todopoderosos del dinero. A unos les buscan por ahí la pasta que les falta para seguir ganado muchos millones, a otros les pide una parte de los eurillos que se ganan con sus chapuzas. Si con su maravillosa economía liberal no pueden dar a trabajo a la gente, deberían al menos dejarlos en paz. elpuente.

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