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El Puente. León Molina

Coyuntura y sindicatos

Coyuntura y sindicatos

En la actual coyuntura los sindicatos españoles tienen ante sí una oportunidad crítica para reivindicarse ante los ciudadanos. Los ciudadanos hemos venido incubando una progresiva desafección hacia nuestros sindicatos de modo paralelo al que hemos desarrollado hacia los partidos políticos. Y considero que este proceso en ambos casos no está desprovisto de causas objetivas. En el caso de los sindicatos ya hemos comentado alguna vez las posibles causas de esa desafección; alejamiento de las bases, engreimiento, acomodación, “subvencionismo”, etc., de tal modo que el ciudadano ha ido viendo a los sindicatos cada vez como algo más lejano a su cotidianidad y sus problemas. En este momento, que según ellos mismos, el gobierno actual ha traspasado unas cuantas líneas rojas, quizás sea el momento indicado para hacer autocrítica y retomar el pulso de la ciudadanía. Y no apunto sólo a huelgas generales y manifestaciones –que por supuesto son legítimas y necesarias- sino sobre todo, si me permiten la expresión, a que se apeen del burro y salgan de nuevo a la calle a hablar con la gente y tomar el pulso de los matices del descontento popular desde abajo, no desde los salones de las grandes partidas del poder. No es suficiente que con cara de enfado y de valientes propongan una huelga general, es necesario que se comuniquen con la gente propongan soluciones adecuadas a los problemas que tenemos planteados. Y esto será posible si comienzan por mirar hacia adentro y reconocer hasta qué punto se han convertido en organizaciones un tanto escleróticas y acomodadas. Debieran pensar que si han perdido parte del respeto y consideración de la gente que tuvieron es por algo, no porque de pronto los ciudadanos nos hayamos vueltos tontos o desagradecidos. Sería pues deseable que los sindicatos expliciten cuál es su modelo de relaciones laborales, cuáles son los límites y las alternativas, qué van a hacer para que el enlace sindical deje de ser visto –como con mucha frecuencia sucede- como un espabilao que ha encontrado el modo de vivir mejor en su trabajo, así cómo qué nuevos cauces dinámicos y ricos de comunicación con los ciudadanos van a desarrollar. La dificultad del momento, paradójicamente, ofrece a los sindicatos una oportunidad de oro para recuperar el entendimiento y liderazgo entre los ciudadanos. Sería bueno que lo aprovecharan, porque si lo necesitan ellos, más lo necesitamos todos los demás. 

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