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El Puente. León Molina

Las cunetas de RTVE

Las cunetas de RTVE

La radio y televisión pública en España ha sufrido un auténtico golpe de estado. Pero no pasa nada. Al hilo de la crisis y la situación a la que nos aboca, se están cometiendo un sinfín de tropelías contra nuestra democracia que pasan a ser asuntos menores sepultados bajo la mole rodante de la prima esa. Así que no pasa nada y ancha es Castilla. En primer lugar el gobierno se carga graciosamente la ley que mal que bien garantizaba cierta independencia de los medios estatales, porque obligaba a la negociación y al acuerdo. Con la nueva ley se pone al frente a quien diga el gobierno y en paz. Y el gobierno pone a quien pone para quite a quien tenga que quitar, que ha resultado ser a todo quisque.  Jefes de la radio y la televisión, jefes de programación, periodistas directores de los programas punteros, todo dios al pijo. De un día para otro. Y da igual que esos programas fueran de contrastada calidad, que llevaran una línea ascendente de audiencias, que fueran plurales, todo da igual, aire que aquí mando yo. Y a al día siguiente comienza los paseíllos y la programación cambia drásticamente. Solía escuchar con frecuencia el magacín de la mañana de RNE En días como hoy conducido con amenidad y brillantez por Juan Ramón Lucas. Lucas fue de los primeros a los que le arreglaron el pescuezo. Uno de los microespacios estrella del programa era la entrevista del día, con protagonistas de la actualidad del país, y personas de un alto interés por sus actividades en diversas áreas. Después del tiro a Lucas he escuchado este espacio un par de veces. La primera fue una entrevista con la psicóloga del Betis Balompie y giró alrededor de la idea de que al igual que los deportistas todos podemos hacer un esfuerzo más cuando creemos que no nos queda ni una gota de energía. La segunda fue con la hija de Punset que soltó una perorata insulsa estilo libro autoayuda de lo preciosísima que es la vida cuando somos positivos. Esa noche escuché un debate con tertulianos desconocidos para mí que coincidían todos amorosamente en la inevitabilidad de los recortes realizados. En fin, que nos han puesto la radio pública en estado de excepción y ley marcial. Nota: Cuando termino de escribir este artículo veo la noticia de que el pelotón de fusilamiento vuelva a actuar; la Pastor ha caído, sin razones; las ejecuciones sumarísimas nunca necesitaron de la razón.  Las cunetas junto a RTVE se están llenando de cadáveres, mientras seguimos sesteando sobre una almohada de miedo y desidia. Eso sí, tranquilos, que no pasa nada.

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