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El Puente. León Molina

 

DERECHOS HUMANOS

 
 
 

“Mi crítica a la fe  y la cultura islámica se percibe como dura, ofensiva e hiriente, pero la posición de los relativistas culturales es, de hecho, más dura, más ofensiva y más hiriente. Se sienten superiores y en un proceso de diálogo tratan a los musulmanes no como sus iguales, sino como `el otro´ que debe ser respetado. Y nos abandonan a nuestra suerte a los musulmanes que hemos atendido la llamada de nuestro espíritu cívico”. Son palabras de Ayaan Hirsi, diputada holandesa de origen somalí que fue educada estrictamente en el Islam, pero que en algún momento de su peripecia vital decidió liberarse y pensar por sí misma. El problema me suena. Debido a mis orígenes en aquella isla, el “tema” de la revolución cubana ha estado siempre cerca de mí. Llevo toda mi vida escuchando desde posiciones de pretendido respeto que la realidad cubana debe ser analizada de modo distinto a nuestras realidades occidentales. Entonces yo siento lo mismo que Ayaan Hirsi. Siento el aliento del racismo bajo piel de cordero. En oposición a ello, me parece que el razonamiento es bastante claro; lo que consideres que es un derecho fundamental para ti, deséalo también para un cubano, para un musulmán o para resumir, deséalo para todos los seres humanos. O en caso contrario deberías encontrar un modo de explicarme qué me hace a mí menos merecedor de derechos que a ti. El occidental bienintencionado dice que no tenemos derecho a imponer nuestro modelo social y político a ninguna otra sociedad e incluso que no debemos porque hay mucho condenable en nuestro modelo. Vale. Pero quisiera que le dijeran eso mirando a los ojos a una mujer musulmana mientras está tumbada en el suelo con las piernas abiertas momentos antes de le practiquen la ablación del clítoris,  que entren en la celda de castigo de un preso político cubano y le cuenten con gran aflicción que es una pena lo que le pasa, pero que en Cuba las cosas son así y que en occidente tampoco las cosas son para tirar cohetes. Claro que ese occidental deberá estar preparado para sus preguntas: ¿a las españolas le practican la ablación, hay presos políticos en España?. Ya no existe el buen salvaje en armonía con la naturaleza si es que existió alguna vez. Hoy sólo existen seres humanos ciudadanos del mundo. No se puede defender a los individuos de otras culturas poniendo cara de lástima y  abandonándolos en su falta de derechos, sino apretando los dientes con rabia y defendiendo, también para ellos,  los Derechos Humanos en contra de sus acomodados reyes, clérigos y tiranos. 

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