Donde habita el olvido
Empleo gran parte de mi tiempo libre en pasear y conocer las sierras del límite sur de la provincia. En esta tierra de nadie encajonada entre las provincias de Jaén, Granada y Murcia viene con frecuencia a mi memoria el verso de Cernuda “donde habite el olvido”. Cernuda anhelaba no ser más que “memoria de una piedra sepultada entre ortigas donde el deseo no exista”. Desde luego el poeta hablaba de un lugar interior, pero estas sierras muy bien podrían ser la escenografía de ese anhelo. Vastas extensiones que pueden ser recorridas sin encontrar un alma, tenadas que utilizan ocasionalmente los pastores. Cortijos abandonados en muchos de los cuales aun quedan restos de la vida que hubo en ellos. Naturaleza virgen y grandiosa, con una abundancia de flora y fauna salvaje muy difícil de contemplar ya en otros lugares. Según me cuentan, la nueva forma de protección de la UE que está a punto de entrar en vigor , los LIC –lugares de importancia comunitaria-, se ha aplicado de un modo muy elástico en el término municipal de Nerpio, porque de no ser así, todo el término obtendría esta calificación. Y ya se sabe que las administraciones y la propiedad privada son temerosas frente a las protecciones medioambientales y presionan para poner el límite un poco más allá por si acaso. Salvo los que perdieron el tren por la edad y los pocos que decidieron no cogerlo, todos se han marchado. Están en Castellón en el azulejo, en Mallorca en el turismo, en Cartagena, en Caravaca. Allí tienen el trabajo que aquí con encontraron. Porque la supervivencia, el simple vivir ya no es suficiente para nadie y hay que pagar con el destierro por los juguetes del consumo. De modo que comparto mi vida aquí con abuelos y con los resistentes que se dedican a modestas actividades de servicio, al turismo rural y a la ganadería. Estos pastores de hoy que recorren la sierra en impresionantes 4x4 y se mueven guiados por GPS, son el resultado del amor a la tierra y el afán por conservar la vida que se pierde utilizando con inteligencia y esfuerzo los recursos de nuestros tiempos. Entro en los molinos abandonados en los arroyos y puedo escuchar el ruido de la piedra sobre el grano. En los cortijos veo a los niños jugando y aprendiendo desde chicos los antiguos saberes de las faenas de sus padres. En las tenadas huelo el aroma agrio del tocino en las brasas, las conversaciones de los pastores y el lejano aullido del lobo. Y en cualquier piedra encuentro el olvido que me enseñó Cernuda y la plenitud que ya no cabe en nuestros lastimados sueños.
4 comentarios
León -
McQueen -
Mi enhorabuena. :)
Arquímedes -
La última manifestación de esta inoperancia en garantizar la seguridad y la libertad de los ciudadanos ha sido la huelga salvaje del aeropuerto barcelonés de El Prat. Como ya sucediera el año pasado con las violentas huelgas de camioneros y pescadores, la conducta criminal de los huelguistas ha sido bien recompensada. Si el derecho a huelga no implica, como evidentemente no lo hace, permiso para bloquear un aeropuerto entero, el Gobierno debería haber desalojado inmediatamente las pistas ocupadas por esos delincuentes que se dicen trabajadores para que, al menos, los viajeros que habían adquirido billete en compañías distintas a Iberia hubieran podido irse. Sin embargo, una vez más, los fuertes han logrado lo que querían por medio de la fuerza contra los más débiles, los pasajeros.
Urge desde hace años una ley de huelga que prohíba con penas de prisión la presencia de piquetes "informativos" y una ley de sindicatos que les impida seguir viviendo de la sopa boba del Estado y que elimine esa figura antisocial llamada "liberado sindical". Como poco. Pero si el Gobierno cede ante ETA mientras desprecia cualquier manifestación masiva pero pacífica de descontento con sus decisiones, ¿cómo no vamos a tomar nota todos de que la violencia obtiene réditos? ¿Nos ha de extrañar que, por ejemplo, resucite ese GRAPO que se daba por difunto?
Pulitzer -