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El Puente. León Molina

Crisis y liderazgo

Crisis y liderazgo

La auténtica dimensión y calidad del liderazgo se manifiesta especialmente en los momentos de dificultades. Cuesta abajo todo es fácil, pero cuando el camino pica hacia arriba y hay que apretar los dientes, el líder, el auténtico líder, se pone al frente y, lejos de esconder las dificultades, muestra su auténtica dimensión, las explica, y ofrece un plan a los caminantes indicándoles con precisión la intensidad del esfuerzo que les espera, cómo éste le afectará a cada uno y las acciones de grupo para proteger a los más débiles. La clave es no esconder el problema. Un caso recordado por la historia es el de Winston Churchill, cuando ante la amenaza del nazismo se presentó al pueblo inglés contando la situación con toda crudeza y el porqué de la necesidad del gran esfuerzo y sufrimiento que afrontaban. Ahí dejó su famosa frase “sólo os prometo sangre, sudor y lágrimas”. En aquél discurso en la Cámara de los Comunes terminó diciendo “Venid, pues, y vayamos juntos adelante con nuestras fuerzas unidas”.

Es cierto que la actual coyuntura económica de nuestro país no tiene nada que ver con aquella tragedia. En la misma medida que Zapatero no es Churchill.  Sin embargo adaptándose lógicamente a la magnitud del problema a afrontar, yo hubiera querido que Zapatero se hubiera dirigido a los españoles con valentía explicando con claridad que nos enfrentamos a un momento económico difícil, que para algunos será muy duro porque perderán sus empleos o sus pequeños negocios por los que han luchado durante años, porque los tipos de interés mermarán la capacidad económica de las familias, y sobre todo  hubiera deseado que nos contara cuál es su plan para afrontar estas dificultades.  Pero no ha hecho nada de eso. Al contrario, ha estado escondido detrás de Solbes y sus datos cambiantes. Ha consentido que toda se convierta en una discusión idiota y vergonzosa del término a emplear para poner nombre a esta situación económica negativa. Para eso tiene un escudero fiel, el señor Blanco, que se relame con ese tipo de  idioteces que interesan sólo a los tontos que se divierten contabilizando los puntos en el combate político partidista. Creo que sin duda el comportamiento de Zapatero habrá intensificado cierto sentimiento de desamparo en los ciudadanos, especialmente en aquellos que verán truncados sus proyectos y los que perderán sus bienes. Aunque solo fuera por respeto a ellos sean cuantos sean, Zapatero debería haber ejercido el liderazgo que se espera de un presidente. Pero en este cometido ha ido desacelerado, o le ha dado una crisis expresiva, que también puede ser.

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