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El Puente. León Molina

Eólica marina

Eólica marina

La producción de energía con un coste medioambiental “cero” no existe hoy por hoy.  De momento no tenemos varitas mágicas. Lo que sí tenemos es la posibilidad de evaluar los impactos de lo que hay. En este análisis las mejor paradas son las energías llamadas “alternativas” o sostenibles, especialmente la eólica y la fotovoltaica. Pero aun estas no exentas de inconvenientes. La energía eólica provoca daños en la fauna y un gran impacto paisajístico. Hoy  hemos comprendido que el paisaje es un bien que debemos cuidar porque incide de manera nada despreciable en la calidad de vida de los ciudadanos. De hecho existe un Convenio Europeo del paisaje firmado por todos los miembros de la UE que deberá desarrollarse en todos ellos. Hay muchos ciudadanos de la provincia de Albacete (una campeona en esta materia a nivel internacional) a los que no les hace mucha gracia esos campos sembrados de “molinos”. Y según en qué zonas existe una firme oposición a su instalación, como puede ser en la serranía, lo cual es comprensible además porque estas zonas, en parte, viven de la belleza de sus paisajes. Ahora comienza a estar a punto una variante de la energía eólica en razón del emplazamiento de los aerogeneradores; la llamada “eólica marina”. Hay en España proyectados más de una docena de parques cuya construcción se prevé comience hacia 2010.  Los ecologistas no se oponen, pero piden garantías y estudios serios. Se tiene el precedente de Dinamarca donde incluso se ha favorecido la vida animal en los fondos cercanos a las torres.  La oposición más radical ha venido de las cofradías de pescadores que hacen pesca de arrastre ilegal, pero no quieren torres por si acaso. Este línea considero que hay que apoyarla aunque sea para ayudar a frenar los furores pro energía nuclear que nos invade, aunque esa fuente sea muy peligrosa, produce unos residuos que no sabemos como tratar y tampoco será suficiente. Parece que el futuro auténticamente sostenible pasaría por convertir a cada casa, y cada centro industrial en un pequeño productor de energía y en reconvertir las redes de distribución en sistemas inteligentes gracias a la tecnología inspirada en Internet según propone Jeremy Rifkin. Pero aquí el negocia se le complica a alguno de esos que hacen anuncios preciosos con florecitas al tiempo que preparan proyectos que pueden destrozar de modo irremediable La Patagonia. Lo van a poner difícil estos mentirosillos. De momento, que se vean algunas torres frente a los torres de edificios que destrozan el litoral, me parece un mal menor.

1 comentario

Eldevallekas -

Es difícil tener que criticar esa proliferación de molinos cuando se está a favor de las energías alternativas. Pero es bien cierto que el poder miarar un paisaje limpio y ver esos mamotretos por medio, a uno se le quitan las ganas de salir del cemento de las ciudades. Se necesita cierta relajación y creo que esa manera desmasurada de plantar molinos nos hace un flaco favor. (Para otra, los intereses que se mueven)