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El Puente. León Molina

Ruralismo

Ruralismo

El ruralismo es un movimiento alternativo difuso e inconcreto que se ha abierto cierto pequeño camino en nuestra sociedad. En él participan viejos corazones jipis que reverdecen cuando la cincuentena, como les sucedió en la veintena, los pone de nuevo en la atalaya desde la que que divisa la vida, en este caso lo que queda de la vida y cómo se quiere vivir, los anticapitalistas que llegan a sus convicciones desde las más variadas posturas e ideologías y que se sienten cargados de razón frente a la actual crisis y sus causas. Por supuesto por ahí caminan también muchos de los desorientados miembros  o semimiembros de IU y el PC que ven una oportunidad de “meter mojá” en actividades contra el sistema dominante. No faltan en esta onda los alternativos de corte espiritual que basan su búsqueda y sus modelos sociales en éticas y estéticas que van desde el simple entendimiento del mundo como una globalidad que no nos pertenece hasta casi pisar las sombras de esoterismos de variado pelaje. Hay personas que llegan a este movimiento desde una visión religiosa pura y dura de la vida y la justicia, siendo casi siempre en estos casos, gente que vive en los suburbios de sus iglesias. Existen pseudoruralistas cuya única motivación es la constatación o creencia de que las ciudades son un medio hostil a la dimensión social del individuo y, en general, a una vida más pausada, rica y mejor adaptada al desarrollo personal. Y hay también, por supuesto, gente que se encamina por estos senderos tras el simple ejercicio de su razón analítica y crítica (valga la redundancia) frente al modelo urbano capitalista que impone su ley hoy en día. Es una tropa variopinta esta de los ruralistas. Y es difícil resumir de algún modo qué es eso del ruralismo porque hay casi tantas versiones del mismo como personas se sienten inclinadas a defenderlo. Puede que lo poco en común que haya entre ellos es la suposición de que la vuelta a la vida en el medio rural favorecería una organización social más rica y justa y nuevos modelos en los que, como en un espejo, los urbanitas podrían mirarse. Puede que parezca todo muy confuso, pero hemos de recordar que así empezaron los movimientos ecologistas y hoy en día sus postulados básicos van calando con fuerza en toda la sociedad. No estaría de más estar atentos.

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