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El Puente. León Molina

Más mentiras sobre innovación

Más mentiras sobre innovación

Está más que comprobado en estos últimos años que Zapatero y sus gobiernos no han hecho nada para potenciar la investigación y la innovación en este país ni en la crisis ni antes de la crisis. Es un mal endémico de nuestro modelo productivo. A los gobernantes se les llena la boca con la educación, el I+D, porque queda bien, pero luego no hacen nada de nada. Pero en este momento la situación es insultante. El propio Zapatero ha dicho que una de las actuaciones más importantes para salir de la crisis es invertir en investigación e innovación. Con esto pasan dos cosas; primero que es mentira que sea la solución porque la innovación y más todavía la investigación ofrecen sus resultados a medio y largo plazo y eso si existen los recursos y la organización apropiada para que los descubrimientos y avances puedan ser aplicados y convertidos en productos comercializables, cosa que en este país no sucede porque ni siquiera se ha intentado crear ese modelo ni esa infraestructura. Es una solución, la mejor posiblemente, pero no para salir de la crisis sino para crear una economía y un tejido productivo sólidos. Pero tan grave como esa mentira que puede confundir a los incautos, es la que se superpone cuando hace esta declaración y unas semanas después sabemos que el presupuesto del ministerio del ramo va a sufrir un drástico recorte en los presupuestos.  Estas mentiras, aunque nos indignen, no nos sorprenden porque todos los presidentes y todos los gobiernos las han soltado igual o más gordas. Nuestros jóvenes dotados para la investigación se van fuera, los tecnólogos acaban haciendo de comerciales, el apoyo de las universidades a la innovación en las empresas es un chiringuito grandilocuente donde se colocan cuatro avispados y constituye un absoluto fracaso. Seguimos en el “que inventen ellos”. La nuestra es una economía paleta. Y nuestros gobernantes unos mentirosos que no ven más allá de las siguientes elecciones. Y el resultado es evidente en las crisis; más del doble de parados que los países de su entorno. Y al ciudadano medio, por cierto, todo esto le da igual. Pues nada, sigamos adelante nuestro viaje en nuestro Mercedes con la boina bien calada hasta las cejas.

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