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El Puente. León Molina

La mala ostia

La mala ostia

Los españoles saldrán adelante. Siempre lo ha hecho. Pero por el camino pueden verse en la necesidad de tener que soportar grandes penurias. Las están soportando ya. La historia de España es una historia de picos en la que a momentos de brillantez y prosperidad han seguido grandes desplomes. Quizás tengan los españoles una idiosincrasia que los inclina a la creatividad, al desarrollo de importantes desempeños con tozudez y habilidad. Pero desde luego también está en su cultura la falta de planificación y previsión. El carpe diem, el vivir el momento parece la ley universal de los habitantes de este extremo de Europa. Nos esforzamos por lo inmediato, no más. País de arrancadas de caballo y paradas de burro. En esos momentos difíciles, además no tenemos precisamente una paciencia oriental, sino que nos ponemos muy nerviosos y pasamos de la buena vida a la mala ostia en un plisplás. Y se nos calienta la sangre; pocos países habrán tenido en su historia tantas guerras internas y follones como España. Estamos hoy en un momento difícil. Aun no nos hemos “encendido”, seguimos tranquis echando la cañita antes de que el mundo se acabe. Y aquí de nuevo, ni tanto ni tan calvo. Antes de “saltar” es justo el momento de expresar la indignación con todo aquello a donde nos está llevando la parada del burro. Hay que expresar la indignación y decir bien fuerte que el recorte social, los cinco millones de parados, el sobreenriquecimiento de los más ricos mientras se empobrecen todos los demás, el embrutecimiento y desvergüenza de políticos lacayos y toda la sociedad tomada como rehén por los poderosos es una enorme estafa y una indignidad contra la que nos plantaremos decididamente. Conviene despertar, levantar la voz y decirlo ahora. Que luego, sin saber ni cómo, viene la mala ostia. Y la liamos. Los jóvenes del 15M lo están haciendo. Les invito a conocer las propuestas que han salido de este movimiento (http://www.democraciarealya.es/?page_id=234). La mayor parte de ellas están llenas de sentido común, de aspiración a una regeneración moral, de amor a la democracia. Deberíamos escucharles y apoyar muchas de esas demandas. La clase dirigente es cobarde y aunque sea por instinto de conservación, si hay presión, no duden que al menos en alguna medida tendrán que escuchar y actuar en consecuencia. 

1 comentario

Eloy Cebrián -

"Ostia" sin "h" aparece en el diccionario de la RAE como sinónimo de "ostra". Yo lo escribiría con "h", que además es mucho más contundente.