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El Puente. León Molina

Cuernos y penitencia

Cuernos y penitencia

La vicepresidenta anunció la pasada semana un plan para que los ayuntamientos puedan pagar a sus acreedores. Parece ser que el estado avalará créditos ICO para que puedan hacerlo. De lo que no dijo ni mu la vicepresidenta es que para ordenar la fila de los pagos, además de tener en cuenta la antigüedad de las facturas, se va a adelantar en la misma a los acreedores que más rebajen la cuantía de su deuda. Seguramente lo ocultó por táctica, porque a estas alturas de la película no creo que fuera porque le diera vergüenza. Porque la propuesta es una auténtica vergüenza. La mayoría de las empresas acreedoras de los ayuntamientos que quedan vivas son pequeñas y medianas empresas que están con el agua al cuello, algunas llevan años esperando cobrar, despidiendo a trabajadores, jugándose sus patrimonios porque tuvieron la mala suerte de vender sus productos o servicios a un ayuntamiento. La vergonzosa propuesta del gobierna juega con la presunción de que se producirá una dinámica perversa; como la situación es tan desesperada para muchos de estos acreedores, muchos de los cuales tienen un horizonte de vida de días si no consiguen caja, es muy probable que entren en una loca carrera por perdonar partes importantes de las deudas a cambio de conseguir dinero rápidamente. Es una propuesta indigna. Imaginen ustedes que le venden por ejemplo su coche a alguien, que ese alguien no les paga después de estar ustedes persiguiéndoles durante meses y meses y por fin el moroso les dice: “mira, es que debo muchísimas cosas a muchísima gente así que voy a ir pagando a quien me perdone más parte de la deuda, de modo que si quiere usted cobrar su coche, vaya usted pensando cuánto está dispuesto usted a perdonarme”.  Malamente reprimirían ustedes las ganas de romperle los morros al morrudo o por lo menos de enviarle un largo y cálido recuerdo a toda su parentela. Son cosas que se pueden esperar de jetas morosos y chorizos, pero de un gobierno democrático…. Pues, según se ve, de un gobierno también podemos esperar estas propuestas de mafiosillo de barrio, no había caído. De modo que los acreedores que vayan subastando a la baja sus deudas mientras repasan con angustia sus cuentas. Eso sí, van a cobrar un día de estos. Contentísimos tienen que estar. 

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