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El Puente. León Molina

 
 

EL FINAL DEL IMPERIO

 
 
 

Lanzo una hipótesis para que cualquier otro con más tiempo y capacidad construya si quiere teorías: el modelo socio-económico-político de los USA está agotado y vivimos el principio de su fin por mucho que éste se alargue a lo largo de los años y se capeen mejor o peor las crisis que sospecho se irán sucediendo cada vez con mayor frecuencia y gravedad. Y no es desde luego un tema para que nadie se alegre. Debemos recordar que después de la caída del imperio romano, deseada por muchos, vino una larga noche de diez siglos llamada Edad Media, donde la paz, la prosperidad y el desarrollo fue más bien la excepción. No existían modelos alternativos al Imperio del mismo modo que no existen hoy. Siguiendo con el paralelismo, ¿no podrían compararse los ataques terroristas en el corazón de USA y sus satélites a las incursiones de los bárbaros cada vez más osados hasta las mismas puertas de Roma con su lógica adaptación a los tiempos?. Por mucho que podamos no simpatizar con el modelo social norteamericano y con su modo de estar en el mundo, hoy los USA son necesarios. La urgencia por tanto es trabajar en consolidar modelos de democracias evolucionadas sin entreguismos  al modelo imperial como se ha pretendido de modo descarado en el pasado reciente de nuestro país. A los Estados Unidos de América hoy sólo lo sostienen como gran potencia el poder del dinero y los recursos, muy poco queda de aquel faro de libertad (que lo fue – recordemos el origen revolucionario ilustrado del país-), de aquel paraíso de oportunidades (que lo fue – recordemos las migraciones de gentes de todo el mundo que labraron su futuro allí-). Los valores positivos de individualismo entendido como la confianza de las personas para labrar su futuro con su propio esfuerzo, con valor, con autonomía que forjaron una tierra orgullosa, hoy se ha convertido en egoísmo salvaje y en sálvese quien pueda como está quedando demostrado en New Orleáns. Pero los necesitamos. El mundo de hoy con la hegemonía norteamericana es injusto, pero sin él sería caótico y desastroso. En el largo final del imperio debemos ser inteligentes, ni entregarnos a su derrota ni sonreir estúpidamente ante su desmoronamiento, porque éste nos puede arrastrar a todos. Necesitamos imperiosamente algo que hoy se usa poco; discutir, criticar, participar, pensar y anticipar antes de que nos entren las prisas. (por ejemplo, si ya sabemos cuáles serán los imperios del futuro, ¿porqué Europa sigue mirando sólo a Estados Unidos?)..

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