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El Puente. León Molina

 

LAGUNA DE EL RAUTE

 
 

He conocido por amigos curiosos y muy caminantes de la existencia de la Laguna del Raute, que se encuentra cerca de la Sierra de Lagos en el término municipal de Yeste..La visión de esta poco conocida laguna de gran belleza me impresionó, pero quizás no tanto como las leyendas que la rodean y las múltiples apariciones de la misma en diversa documentación histórica, científica y literaria. Dicen que el color anaranjado de sus aguas se debe a una maldición escrita en una gran placa de hierro que lanzó la madre de Ibn Hafdalla a la laguna el día que este cayó muerto en sus brazos víctima de una conjura. Los peces de cuatro colas que rayan la superficie del agua al atardecer hoy son de un amarillo encendido, pero se sabe que en los tiempos anteriores a la maldición eran blancos y de carnes transparentes. Esto se puede comprobar en los escritos del naturalista Salef Brahim, que vivió en el desaparecido palacio Al Rauhtí en el comienzo del siglo que vió morir a Ibn Hafdalla. La coloración de los peces ha sido objeto de numerosos estudios científicos y ha inspirado también a muchos poetas. Así, Wallace Tomlinson, describe a estas raras criaturas y afirma que su color sólo puede ser comparable al de cierta variedad de carpas que viven en los afluentes del cauce alto del Yang Tsé. Tomlinson recoge en su  Singular  Lakes  la historia de la muerte de Ibn Hafadalla y el lanzamiento a las aguas de la laguna de una enorme plancha de hierro con el nombre de sus asesinos  inscritos en ella, pero niega que su existencia en el fondo sea la causa del color de los peces y mucho menos de su poder cegador, tal como la tradición oral de la zona ha mantenido durante generaciones. La causa de estos fenómenos encuentra en el naturalista inglés una larga y compleja explicación fisico química relacionada con la interacción de ciertas plantas  con los excrementos de las aves acuáticas. El poeta gallego de mediados del S. XIX, Leonardo Marín, dedicó unos versos a los peces de la Laguna de El Raute en que los llamaba “soles que alumbran lo invisible”  y les atribuía el “poder sanador del mal de la estulticia”. En sus últimos años, cuando Marín perdió la vista, solía repetir con sorna a sus amigos que los peces de El Raute lo habían curado de su propensión a las ideas inconsistentes. Con todo, existen registros documentales que prueban la anómala cantidad de personas ciegas en las aldeas cercanas a la laguna durante el S. XIX y principios del XX. Para visitar la laguna se debe llegar hasta la aldea de Las Casillas y preguntar por el carril que lleva a ella.

 
 
 

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