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El Puente. León Molina

LA GORRA DE ROUCO

 
 

No me tomen por frívolo, pero de todo el torrente informativo acerca de la manifestación del pasado sábado, a mí la impresión más fuerte me la causó la imagen del cardenal Rouco con  el clerigman tieso rematado por una gorra americana. Sonreía  el príncipe de la Iglesia entre la Botella y el botellón del integrismo sexual mientras sonaba a toda pastilla las notas del We are the Champions de Fredy Mercury . Sonreía debajo  de la larga visera de su gorra beis con botoncitos verdes a cuya sombra se le iluminaban los ojos llenos de la multitud fervorosa del apartheid de la ingle. Al alcance de su mirada debió quedar esa pancarta que rezaba “Obispos, sed valientes, no estáis solos”. ¿Fue este el origen de su manifiesto buen humor?, ¿o quizás ese cochecito de bebé que portaba un letrero en el que se podía leer: “ Mi madre no se llama Ramón”?. Pudieron ser estas las razones u otras muchas porque el agudo sentido del humor de los manifestantes se prodigaba como los panes y los peces del milagro. Vean si no esta pancarta traída desde Valencia: “Mujer y hombre = matrimonio, hombre y hombre y mujer y mujer = marimonio”. ¿No lo han pillado?. Matrimonio de maricones: marimonio. Es que hilan muy fino. Para la matrícula les faltó el tortimonio. Pero a pesar de tanta sutileza, quizás Rouco no cayó en la cuenta de que posiblemente no era muy apropiada su presencia y la del resto de curas y monjas en esta manifestación “a favor de la familia”, dándose como se da la circunstancia de que ellos pertenecen a un grupo social, por así decir, que ha hecho bandera del hecho de no casarse ni tener hijos, ni por tanto familia, ni practicar, por decirlo así, el sexo. No cayó, seguro. Muchos entrevistados justificaban su oposición al matrimonio homosexual por ser antinatural. A la tercera respuesta en este sentido reaccioné y pensé: antinatural... ¡hum, como el aire acondicionado!. A ver si estos me van a tocar el aire acondicionado. Ah no, eso sí que no. Con lo a gustísimo que estoy yo en mi salón alucinando con la gorra de Rouco. Este mismo aparato de aire acondicionado me tiene que valer para ver por la tele, bien fresquito, cuando Rouco y los suyos den una conferencia de prensa anunciando la excomunión de los maltratadotes de esposas e hijos y la disolución automática del matrimonio de estos enemigos de la familia. Blázquez debería dejar que este anuncio oficial lo hiciera Rouco con su gorra, que así tocado queda, ya digo, espectacular ante las cámaras.

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