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El Puente. León Molina

La sorpresa de Castell

La sorpresa de Castell Sorpresa. Pérez Castell se marcha. La mayoría de los ciudadanos no sabemos ni llegaremos a saber cuáles son las causas de esta decisión, aunque muchos desde luego lanzarán su explicación más o menos alambicada. Yo reconozco que no tengo un conocimiento de los intríngulis de las movidas de partido y personas suficiente para poder conocer y ni siquiera elaborar o medio inventar una explicación, como hacen tantas personas con las que me encuentro últimamente. Sencillamente, no tengo ni idea de porqué se marcha Pérez Castell. Lo que sí sé es que no me gusta. Creo que no está bien y que se rompe un pacto con sus votantes. Es cierto que si nos atenemos a la norma, no se puede reprochar nada porque en las elecciones locales no votamos por personas, por alcaldes, sino por partidos, de modo que son los partidos los dueños de los votos que ponen y quitan alcaldes en nuestro nombre supuestamente. De modo que si Pérez Castell y el PSOE deciden que él será el alcalde o si deciden que deja de serlo, todos nosotros a mirar y a callar. Pero si esa es la letra de las normas, no es menos cierto que no es el espíritu que debe guiarlas ni mucho menos el contenido de la propaganda electoral en la que se nos vende, sobre todo, las bondades de una persona que se postula como futuro alcalde. Los ciudadanos que votaron en las últimas elecciones por el PSOE, lo hicieron porque no pueden hacer otra cosa, pero lo que en realidad estaban votando era Pérez Castell alcalde. Y se le puede dar todas las vueltas que se quiera, pero al marcharse, el todavía alcalde defrauda a todas esas personas que quisieron que fuera él el alcalde de la ciudad, fraude que se afea con la sospecha de la mayoría de que es una respuesta al supuesto desaire de los votantes al otorgarle una victoria por los pelos, en lo que se suponía iba a ser un paseo triunfal. Si así fuera, la soberbia se duplica desde esa conciencia de ganar de calle, con la respuesta de como no me queréis bastante, pues me voy. Pero ya digo que yo no conozco las causas de esta decisión, por lo que quizás me hayan contaminado los malpensados. La consecuencia es que ahora gobernará la ciudad alguien que nadie pensaba que podría hacerlo y de la que no conocemos ni sus ideas, ni su proyecto.  Pérez Castell ha sido un alcalde muy constructor y eso, entre otras cosas desde luego, hará que sea recordado como un buen alcalde. Pero yo lamento esta salida que él como profesor de ética que es deberá evaluar en su intimidad. Le deseo suerte a Castell y Carmen Oliver. Y a todos nosotros un futuro con listas abiertas y exigencia legal de cumplir mandatos.

2 comentarios

María -

Castell fue defenestrado por Bono y Paco Pardo tras una reunión en El Salobre. Bono nunca lo ha tragado y Barreda estaba hasta las narices del III Centenario de la Feria con el que le estaba dando el coñazo nuestro alcalde.

¿Qué quiere este tío? ¿Que le monte una Expo 92 en Albacete? - pensaba Barreda- Para este proyecto Castellmaníaco la Junta no va a dar un duro. Ahora toca ciudad Real.

Con su patada hacia arriba tanto Bono como Barreda se han quitado un muerto de encima.

La putada es que ahora va a ir proponiendo tonterías al Congreso, como esa de invitar a todos los diputados en la Feria. 350 papeando y soplando de gorra ¿Quién pagaría el convite, Don Manuel?

Chobal -

Hola a todos:
La marcha de Castell es una cagada en toda regla. La gente tiene muy buena memoria y creo que esto va a pesar para las próximas municipales. Además el que ahora vaya en las Generales no va a mejorar el resultado del PSOE en la provincia.
Saludos.
Chobal