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El Puente. León Molina

Menos I menos D

Menos I menos D

La investigación y el desarrollo, e incluso la innovación, si quieren ustedes la otra “i”, en este país y con este gobierno es absolutamente demencial y sin duda traerá perjuicios de calado y durante mucho tiempo. El tijeretazo brutal que los presupuestos de 2010 le asesta al presupuesto de subvenciones para la investigación científica básica viene a sumarse a una trayectoria de abandono y olvido en este campo que ha sido una de las causas, por ejemplo, de la dureza especial que la crisis está experimentando aquí. El reinado ministerial de la pija desde luego pasará a la historia. En España un futbolista puede ganar millones de euros y puede incluso cabrearse muchísimo porque le quieran subir la cotización, pero un investigador que se ha dejado las pestañas estudiando, que está contribuyendo al futuro del país quizás como nadie, tiene que conformarse con ser un becario mileurista hasta más allá de los cuarenta años. Y cuando esto lo tenían casi asumido los pobrecitos, pues padecen ahora una situación que se parece más que nada a un desmantelamiento. Entretanto aquí en Albacete han levantado las calles para volver a hacerlas. Me he parado a mirar con detenimiento la calle Rosario en ese tramo de la pirueta peatonal-pero-con-coches y que me cuelguen si no han hecho exactamente lo mismo que había antes. No seré yo quien proteste o se oponga a que el gobierno luche por proteger socialmente a los ciudadanos en esta dura crisis, pero seguro que hasta un niño podría aportar ideas mejores y más constructivas que levantar calles para hacerlas otra vez igual. Y esa pasta quieren que salga entera por lo visto de los recortes a la investigación. Desde el primer presupuesto de Zapatero ya señalamos aquí dos fiascos y mentiras de gran calado: los nulos esfuerzos por la convergencia con los tratados internacionales de protección del medio ambiente y el rácano planteamiento de los fondos para I+D.   Pues nada, estamos en lo de siempre, que inventen ellos. Nosotros al ladrillo, al destrozo ambiental, a ver cómo los que más pueden aportar al conocimiento y el desarrollo están preparando otra vez las maletas para largarse a otros lugares menos paletos. Pero el gibierno seguirá con la boca llena de apoyo a la innovación. Ahora, aunque quisiéramos, no vamos a creerle más.

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