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El Puente. León Molina

Malos tiempos para el medio ambiente

Malos tiempos para el medio ambiente

Malos tiempos para el medio ambiente. O lo que es lo mismo, malos tiempos para la vida de la que, recordémoslo, formamos parte. En el contexto internacional los acuerdos para limitar la escalada de contaminación están más que nunca en vía muerta. Son tontos pues el medio ambiente degradado degrada la economía misma. Entretanto la respuesta es la depredación y destrucción de la naturaleza del tercer mundo condenando a millones de personas a pobreza y hambre crónica, a la destrucción de su futuro para que el nuestro alargue un poco más su horizonte (por poner sólo un ejemplo, en este momento Occidente destruye las tierras y alimenta guerras en el Congo y países circundantes para asegurarse el suministro del escaso coltan que se utiliza en la fabricación de teléfonos móviles que consumimos a lo bestia). El beneficio económico a corto plazo lo justifica todo aunque condene estúpidamente el desarrollo, la calidad de vida y la equidad social a más largo plazo.   Y a nivel nacional nos encontramos con que tras la llegada al poder de los representantes más genuinos de esta forma de pensar, desde el primer instante vemos por lo que anuncian que todo marcha en esa dirección.  Se reactivará el trasvase Tajo-Segura llevando agua de una cuenca deficitaria a otra donde se han empeñado en enriquecerse sembrando frutales en el desierto (y amenazan con más trasvases destructores del medio), dicen sin inmutarse que están con Kioto pero que no lo van a cumplir ni lo van a intentar, se erosiona el ya de por sí nimio sistema de mantenimiento y vigilancia medioambiental, se pega un hachazo radical a las ayudas al desarrollo de las energías alternativas… En Castilla-La Mancha significativamente una de las primeras decisiones de Cospedal fue poner en la calle a los veterinarios de los centros de protección de la fauna salvaje, profesionales de muy alta cualificación que cobraban algo más que un celador y cuyo número en la región se podía contar con los dedos de una mano. Y mientras todavía resuena la encendida negativa de Cospedal a la instalación del cementerio nuclear en la región, pues toma cementerio y veinticinco mil años de radiactividad bajo un pueblo conquense. Todo esto sucede mientras se anuncian ayudas a la “fiesta” de los toros y aparece de donde dicen que no había, una nueva millonada para ayudar a la banca. Está claro por dónde van. Lo pagaremos todos. 

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