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El Puente. León Molina

Conservadores

Conservadores

La historia de la humanidad refleja un proceso continuo de acción y reacción, de búsqueda porque haya cambios y lucha porque no los haya, de innovación y conservación. A la luz de la historia casi siempre los partidarios de la reacción, los inmovilistas, los conservadores, salen mal parados y vienen a representar las más de las veces al malo de la película. Y de algún modo es lógico que así sea. De entrada existe una situación casi metafísica; la evidencia de que el mundo, la sociedad, la realidad no se detiene nunca y está sometida a cambios más o menos acelerados o intensos, pero desde luego nunca permanece siendo la misma. Los conservadores llevan ya desde ahí todas las de perder, pues su empeño en que las cosas se mantengan en el orden en que están las más de las veces lleva dentro de sí el cáncer de la desadecuación a los cambios que la realidad tercamente aporta. Se podría decir que la actitud conservadora tiene siempre un pie puesto en el fuera de juego. ¿De dónde viene entonces esa actitud tan extendida y potente? A mi juicio suele venir de dos fuentes principales; el egoísmo y el miedo. El egoísmo de aquellos a los que le va bien a título individual o eso esperan y luchan contra los cambios que los puede apartar de esa situación privilegiada. Y el  miedo, que es un sentimiento humano que todos llevamos dentro y que inculca la zozobra en los corazones frente a los cambios, como tan  bien sintetizó Erich Fromm en su concepto de “miedo a la libertad” en el libro de ese mismo nombre. Los que están dominados por el miedo, a su vez se dividen en paralizados y sumisos. Los paralizados son peso muerto social, excipiente de cualquier fórmula, masa acrítica. Hoy en día esta parte de la sociedad es de gran importancia y determinante peligrosa; en buena medida es la integrada por los famosos “indecisos” que deciden en las elecciones.  Los sumisos son más peligrosos aun, los sumisos no tienen poder ni dinero, pero se sienten bien a la sombra de los poderosos. En todos los tiempos han existido; son la claca del poder que sienten el iluso consuelo de pertenecer al equipo ganador (como si por ser forofo del Madrid fuera a ganar la pasta que gana C. Ronaldo); estos suelen tratar de reivindicarse y son los que hacen el trabajo sucio y suelen ser más papistas que el papa.  Estas dos fuerzas, egoísmo y miedo, se realimentan; los que tienen miedo piden a los poderosos egoístas que usen su poder para que todo siga igual y los poderosos alimentan permanentemente el miedo en los miedosos como barrera de protección de sus privilegios. Con ellos a rastras vivimos.

1 comentario

Democrito -

En el argumento seudomarxista que estructura tu discurso tiendes a adjudicar los papeles según te viene bien a ti.
Extrapolando la situación actual a tus argumentos,entiendo que la reacción la estamos viviendo actualmente a una acción siempre buena y motora del avance y el progreso.
Fromm en su libro también comentaba que por defecto el individuo tiende a "aborregar" sus opiniones y decisiones, posición mucho mas cómoda que transgredir y luchar por mantener una posición coherente consigo mismo .
Me gustaría saber en que parte del arco expuesto te sitúas tu, y por que reaccionas a la actual acción de gobierno o es acción a la reacción? Ya me he perdido.