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El Puente. León Molina

Apariciones

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Llevo unos días regular; se me olvidan las cosas, se me rompen los abrefácil, no sé nunca dónde he dejado el libro que estoy leyendo… Todo eso podrían ser cosas normales y llevaderas, pero es que hay algo más. En los últimos días se me ha aparecido varias veces la Cospedal en las sombras  del gotelé. Sí, sí, sin duda es ella, con las manos juntas en gesto de oración, con los ojos mirando hacia arriba, con teja y mantón y con una especie de hábito corto que deja ver su pierna en la que hay una liga que sostiene una pequeña pistola. Me preocupa, la verdad. No digo que no sea fascinante la visión, pero acojona un poco, la verdad. Esto empezó a suceder después de su show en las Cortes de nuestro paisico manchego, cuando estaba echando marcha atrás de su decisión de unos días antes de aumentar los diputados para ponerlos en las provincias donde gana. Ahora no más, no, ahora la mitad de diputados y sin sueldo. Yo en un acto espontáneo me dirigí a ella en la pantalla y le dije: “que no Cospe, que no era eso, que lo que decíamos todos era que un sueldo normal y uno solo y gastos comedidos, que se te ha ido la mano siete pueblos. Piensa, hija mía, ¿no ves que estás dejando fuera de la política a todo el que no sea rentista acomodado? Porque si un diputado tiene que trabajar en lo suyo y en las Cortes, digo yo que  se curra lo de las cortes y se arruina y lo cosen a collejas la familia, o no le da un palo al agua a la cosa de las leyes. O buscas gente que trabaje poco y ande sobrado de tiempo (yo desconfiaría), porque en política no se pueden cobrar varios sueldos, ¿no? O tendrás las legislaturas con más sesiones de la historia de la democracia mundial para que las criaturas se saquen un suledecejo en dietas.  Considera, hermosa mía, que el ahorro que conseguirás con eso es una nimiedad comparado con el que podrías conseguir con los diez mil cargos intermedios y de confianza a los que les has subido el sueldo, por cierto. No habrás caído. ¿Y ahora qué vamos a hacer con tu cigarral cuando tú también te quites el sueldo?. Que lo bien que quedaba en las revistas, oye”.  Decía todo esto y mi familia me miraba en silencio con cara de asombro. Yo también estoy preocupado, sí. Si por lo menos te me aparecieras siempre en el mismo sitio, pero es que hoy te he visto en la rejilla de la campana mientras me hacía la cena. Ibas de manchega con los moñetes llenos de navajas. Te le podías aparecer a Arenas, Cospe, jolín, que me tienes en un ay. 

3 comentarios

Ayatollah -

Ruge el León desde su rincón, desde su ventana grita la pancarta, en medio del trajín ferial,los paisanos pasan aturdidos por la música, los mojitos y la peste a fritanga . He visto la melena detrás de la ventana, o ¿era la Virgen de los Llanos que iba a adorar a la Cospedal del gotelé?.

León -

Y a mí. Pero para eso se me tenía que haber ocurrido, maestro.

Puli -

Muy bueno! No sé si Ella se merece un artículo tan gracioso pero no cruel. Sólo le pngo el pero del título. Me habría guastado más este: "Considera, hermosa mía..."