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El Puente. León Molina

Anteriores abril 06

EL LENGUAJE ANTIFAZ

 
 
 
 

Por muchas razones que probablemente daría para muchos artículos con los que no voy a maltratarles a ustedes, considero que una de las características más acentuadas de nuestra sociedad, es la falta de autenticidad, de claridad. Y esa actitud, como es lógico, se manifiesta en primera instancia en el lenguaje que usamos. Un lenguaje de recovecos disimulones. Está mal visto llamar a las cosas por su nombre. En la cárcel, a los malos malísimos ya   no se les llama así, sino “FIES” (Fichero Interno de Especial Seguimiento). O sea, más malo que un dolor. Un negro ya no es un negro, es un “africano de origen subsahariano” si no tiene la suerte de haber nacido en USA, porque entonces se convierte en “afroamericano”, que parece más fino. Pero en ambos casos hablamos de un negro, sencillamente. Los ATS que nos atendían en los centros sanitarios, han conseguido zafarse de nombre tan vulgar y ahora se llaman DUE (Diplomado Universitario en Enfermería). Pero son enfermeros. ¿Alguien me puede explicar que tenía de malo enfermero/a?. En lo tocante a profesiones, el mayor dislate que he presenciado se produjo en un estudio de televisión. Un concursante en un programa fue presentado como “farero”, ante lo que protestó con cara de pocos amigos. Yo pensé que era lógico porque “farero” no existe y el que cuida un faro recibe el hermoso y poético nombre de “torrero”. Pero no. El enfado del señor provenía de que su profesión debía ser reconocida con su auténtico nombre: “Técnico en señales luminosas marítimas” (raro que no dijo que eran TSELUMAS). Decir de alguien que es “cojo” o “inválido” es un agravio que te puede costar caro (con el follón de cabeza que te van a montar). Hay que decir “discapacitado físico o psíquico” y un “mongólico” es “un síndrome de Dawn” (lo he oído decir así mismo, como si la persona fuera él mismo el síndrome). Pero la palma en todo esto se la llevan los pedagogos ( qué curioso, ¿no?). ¿Saben ustedes lo que es para ellos el “segmento de ocio”?; el recreo, el santo recreo. Y ,agárrense, ¿panel vertical de conocimientos?. Sí señor, la pizarra. Con dos pares. Y se dice que un chico necesita una “adaptación curricular”, cuando lo que necesita es que reconozcamos que debería estar mejor en otro sitio porque no puede o que hay que darle dos collejones porque no quiere. Y así vamos, mareando nuestra vieja y hermosa lengua. Mareándonos. Porque a lo mejor en el fondo, no nos gustamos demasiado.

 
 

León Molina

EL CHURRERO ILUSTRADO

 

En el momento sagrado de los churros y el periódico, una mano desliza junto a las páginas del diario un papelito de un bloc de notas publicitario que contiene un poema escrito con una hermosa letra antigua: “Me esfuerzo en hacer poesía / Pero el sueño cierra mis ojos. / ¡Cómo se pierde la vida / en la rápida caída / de tristes párpados flojos ¡. Firmado O. el churrero”.  Desde la máquina de la masa O. me envía una sonrisa cómplice desde debajo de su bigotón. Entre los titulares de la gresca cotidiana, un par de churros y un poema me dicen que cualquier día puede ser un buen día.

Otros días comienzan con sorpresa, casi con estupefacción, cuando O. se sienta a mi lado y lanza: “¿te interesa la física cuántica?. A mí me cuesta entender, a veces me mareo. Pero es fascinante. El principio de indeterminación de Heisenberg, por ejemplo, ¿no es alucinante?. Con él ¿nos acercamos o nos alejamos del conocimiento de la materia?...Bueno, luego seguimos, voy a echar otra rosca  que me están mirando mal ya”. ¡Buf!.  Vuelvo a los titulares, ¿con qué cuerpo me centro yo otra vez en los ladridos de Acebes?.

¿Cuál será la peripecia vital de O.?. Sé que estuvo por Francia estudiando hace años. “Tuve un follón porque en un manifiesto me dirigía a los profesores y a sus `apergaminados traseros´, ya ves tú. En aquella época me aficioné a la poesía. Te he traído este libro de un poeta suramericano interesantísimo. Pero lee la traducción al francés. Yo creo que es mejor que el original...”. Otro día me trajo la novela Monte de Dio de Erri de Lucca, por él lo he conocido.

“Claro que me gusta la churrería. Siempre me ha gustado trabajar con las manos. Mientras trabajas la mente se queda libre y es infinito lo que puedes hacer con ella. Además, esto es un teatro que se abre todos los días para mí. Y te puedo asegurar que observar y escuchar a la gente es  todo un espectáculo. Me gusta la gente. Soy un churrero feliz”.

O. es un churrero feliz. O no. Sólo él lo sabe. Y me lo cuenta con sabia ironía en el último poema que ha dejado caer sobre las páginas del periódico: “He oído pronunciar mi nombre / Me he cortado la cabeza / He orinado / He vomitado / He sentido vergüenza / Y me he escondido. / Como nada veía / Como nada oía / Como nada... / Me he dicho: / ¡ Cuan filósofo soy ¡.

 
 

EJERCICIO DE IMAGINACIÓN

 
 
 
 

Imaginen ustedes un estado donde gobierna una monarquía feudal  y en la que el soberano dice hablar de un modo infalible por boca de Dios. Un estado sin constitución ni leyes, pero con un importante número de nobles y príncipes que manejan la cosa pública sin rendir cuentas a ninguna institución de control más que al monarca. Un estado que promulga la especie de que no tiene porqué regirse por las leyes humanas porque las suyas provienen directamente de Dios. Consecuentemente tampoco tiene por qué someterse a los dictados de la razón humana. Un estado con un mecanismo de elección del monarca consistente en una reunión secreta de los príncipes de espaldas al pueblo y cuyos procedimientos nadie conoce.

Imaginen también que este estado que lleva siglos elaborando una doctrina moral sobre la base de antiguos escritos y supuestas revelaciones varias,  tiene como objetivo primordial extender estas creencias por todo el planeta, dándose al proselitismo por todo el mundo y considerando sus súbditos a todos sus seguidores sean del país soberano que sean. Para esa red mundial de seguidores dictan normas lesivas para la salud pública,  oponiéndose por ejemplo al uso del preservativo en estos tiempos de Sida  o pidiendo a mujeres maltratadas que se resignen a su desgracia porque según sus normas el matrimonio es indisoluble . En su organización las mujeres  son relegadas por ley a puestos subalternos y los delincuentes y pederastas que surgen en su seno son levemente amonestados y escondidos con un cambio de domicilio. Condenan el sexo, la libertad de pensamiento, tardan una media de quinientos años en reconocer los descubrimientos científicos que no les cuadran con sus creencias.

Imaginen ustedes ahora que un estado soberano y laico como España firma tratados preferenciales con ese estado y  que tras la larga marcha  de conquista de la convivencia, la racionalidad y el laicismo se permite a ese estado introducirse en el sistema educativo para transmitir sus supersticiones, arcaísmos e inmoralidades a nuestros jóvenes nombrando ellos a los instructores y pagándolos nosotros con nuestros impuestos. Imaginen que todo esto fuera posible, que sucediera. ¿Lo han hecho, han imaginado?. Bien, pues ya pueden abrir los ojos.

DESGOBERNAR

 
 
 
 
 

En Estados Unidos mandan unos tipos que no quieren gobierno, siguiendo las directrices de consejeros como Grover Norquist (“No quiero abolir los gobiernos. Sólo quiero reducirlos a un tamaño que me permita arrastrarlos al cuarto de baño y ahogarlos en la bañera”). De hecho, desde el mismo día que ganaron las elecciones, se cortaron el pescuezo como gobernantes y se convirtieron en técnicos en política del gran capital. Cien kilómetros más allá, en Cuba, manda un tipo que tampoco quiere gobierno. Por eso ha creado un estado tan grande (todo es el estado) que es absolutamente ingobernable. Y para el buen desgobierno se basta sólo el máximo líder. Algo es reconocible como algo porque tiene cerca otro algo que no es eso, de modo que todo viene a ser muchas veces, y más en política, nada, si me perdonan ustedes el trabalenguas. Este parece ser un extraño mecanismo psicológico que afecta en general a la inmensa mayoría de los políticos, aunque desde luego no todos lleguen a los cuadros psicóticos y/o criminales de los locos no mencionados en el primer párrafo. Resulta que los políticos buscan con denuedo el acceso por medios lícitos en unos casos e ilícitos en otros al gobierno, a la capacidad de gobernar, y tarde o temprano, después de haberlo conseguido comienzan a desear no gobernar, comienzan a desear el no gobierno. Si se fijan ustedes bien, tanto a Felipe como a Aznar los pusieron en la calle, especialmente, por actividades relacionadas con el no gobernar. Felipe comenzó su triste erosión de la gobernación por el lado de la justicia (corrupción, GAL...), Aznar, más brioso él, apuntó más alto y quiso debilitar el gobierno desconectándolo del pueblo (decisión de la Guerra de Irak, tejemaneje informativo del 11 M, intento de nombrar él mismo al siguiente presidente...).  Pudiera pensarse en primera instancia que el fenómeno se podría explicar en base a un impulso del tipo “la maté porque era mía”, o sea, “antes de que gobierne otro (por muerte de tirano o por pérdida de elecciones), yo al gobierno lo mato”. Pero aunque resulte tentador, a muchos puede que el planteamiento que antecede les resulte un poco burdo por lo que conviene ensayar otra explicación para lectores más exigentes. Veamos: El poder político es una fuerza, como toda fuerza, idiota – los anarquistas lo sabían -, gobernar, por tanto, es manejar una fuerza idiota. Ante ella el político inteligente cae presa de melancolía y el político tonto se deslumbra, el bienintencionado se angustia y el malintencionado se empacha. Pero la mayoría, tarde o temprano, desean gobernar sin ella. Ellos quieren ser la fuerza misma. Y se ponen a desgobernar. 

 

DERECHOS HUMANOS

 
 
 

“Mi crítica a la fe  y la cultura islámica se percibe como dura, ofensiva e hiriente, pero la posición de los relativistas culturales es, de hecho, más dura, más ofensiva y más hiriente. Se sienten superiores y en un proceso de diálogo tratan a los musulmanes no como sus iguales, sino como `el otro´ que debe ser respetado. Y nos abandonan a nuestra suerte a los musulmanes que hemos atendido la llamada de nuestro espíritu cívico”. Son palabras de Ayaan Hirsi, diputada holandesa de origen somalí que fue educada estrictamente en el Islam, pero que en algún momento de su peripecia vital decidió liberarse y pensar por sí misma. El problema me suena. Debido a mis orígenes en aquella isla, el “tema” de la revolución cubana ha estado siempre cerca de mí. Llevo toda mi vida escuchando desde posiciones de pretendido respeto que la realidad cubana debe ser analizada de modo distinto a nuestras realidades occidentales. Entonces yo siento lo mismo que Ayaan Hirsi. Siento el aliento del racismo bajo piel de cordero. En oposición a ello, me parece que el razonamiento es bastante claro; lo que consideres que es un derecho fundamental para ti, deséalo también para un cubano, para un musulmán o para resumir, deséalo para todos los seres humanos. O en caso contrario deberías encontrar un modo de explicarme qué me hace a mí menos merecedor de derechos que a ti. El occidental bienintencionado dice que no tenemos derecho a imponer nuestro modelo social y político a ninguna otra sociedad e incluso que no debemos porque hay mucho condenable en nuestro modelo. Vale. Pero quisiera que le dijeran eso mirando a los ojos a una mujer musulmana mientras está tumbada en el suelo con las piernas abiertas momentos antes de le practiquen la ablación del clítoris,  que entren en la celda de castigo de un preso político cubano y le cuenten con gran aflicción que es una pena lo que le pasa, pero que en Cuba las cosas son así y que en occidente tampoco las cosas son para tirar cohetes. Claro que ese occidental deberá estar preparado para sus preguntas: ¿a las españolas le practican la ablación, hay presos políticos en España?. Ya no existe el buen salvaje en armonía con la naturaleza si es que existió alguna vez. Hoy sólo existen seres humanos ciudadanos del mundo. No se puede defender a los individuos de otras culturas poniendo cara de lástima y  abandonándolos en su falta de derechos, sino apretando los dientes con rabia y defendiendo, también para ellos,  los Derechos Humanos en contra de sus acomodados reyes, clérigos y tiranos. 

DE ALCALDES Y PEATONES

 
 

Ser alcalde deber ser un buen marrón.  Todas las propuestas y decisiones que se planteen se enfrentarán indefectiblemente a división de opiniones en el mejor de los casos. Muy posiblemente también encontrarán una respuesta ruidosa y airada de colectivos existentes o creados para la ocasión. La oposición estará atenta para demostrar una vez más lo tonto y lo malísimo que es el alcalde y sus concejales y la necesidad urgente de que pasen a gobernar ellos antes de que la ciudad quede completamente devastada. Para rematar la faena, algunos medios de comunicación cargarán con saña desde su infoperiodismo bizco y con boina ofreciendo informaciones escritas al dictado y haciendo chistes chusqueros. En definitiva, una bicoca. ¿Recuerdan ustedes las obras de remodelación del Parque?. Entonces surgió un colectivo que hablaba de “arboricidio”, de “crimen”, de “devastación irrecuperable”. Las palabras de los guerreros enmascarados salvadores de pinos se las llevó el viento y la realidad, pero el alcalde tuvo que lidiar con ellas en su momento más allá de lo que hubiera aconsejado el sentido común. En este momento, parece que vuelve a ponerse de actualidad el tema de la peatonalización del centro. La opinión pública, según las encuestas, está dividida. A mí me cuesta comprender que los ciudadanos se opongan. ¿Es mejor un centro con coches, humos, ruidos y aceras estrechas que calles peatonales silenciosas, limpias y que invitan al paseo?. Acercarse al centro para comprar o hacer gestiones en coche es un deseo de masoquistas. Claro que siempre podemos aparcar en doble fila o subirlo a la acera, con lo cual además queda todo muy bonito y tranquilo. Nuestra vecina ciudad de Murcia, por poner un ejemplo, ha peatonalizado  más de trescientas calles. Es un placer actualmente caminar por allí. La posición de los comerciantes sí que es absolutamente incomprensible. En cualquier manual de marketing y comercio verán que en todo el mundo los lugares idóneos para montar un comercio son las calles peatonales. Pero se ve que es en todo el mundo menos en Albacete. Los murcianos cuando van al centro ni se plantean llegar en coche, directamente piensan qué aparcamiento les viene mejor. Y su centro cada día tiene más y mejor actividad comercial. En el fondo yo espero que los aparcamientos que se están construyendo sean la avanzadilla de la peatonalización y que el alcalde no ha dicho nada sólo para que no lo lisien con palabras que luego, de todos modos, se llevará el viento de la cordura.

CULTURAL ALBACETE

 
 
 

Resulta por lo general grato y lucido criticar cualquier aspecto de la gestión de las instituciones públicas; se le queda a uno el cuerpo bien y recibe por lo general comentarios jubilosos del tipo “ahí les has dado, muy bueno lo tuyo, es que tienen un morro...”. Más difícil resulta de ordinario escribir un comentario laudatorio. Nuestra naturaleza criticona y guerrillera y el menor eco previsto del artículo nos hacen perezosos para la alabanza.Rompiendo esa inercia afirmaré hoy que la actividad llevada a cabo en los úlitmos tiempos por Cultural Albacete es en mi opinión merecedora de un claro reconocimiento. Esta época, que viene a coincidir con la que acupa el equipo directivo actual con el gerente Ricardo Beléndez y el coordinador Juan Angel Fernández a la cabeza, está consiguiendo cotas de calidad y variedad en las actividades que programa de la que la ciudad de Albacete puede sentirse muy orgullosa y que sus vecinos sin duda alguna disfrutan.Véase si no la programación del presente mes sin ir más lejos. La misma incluye un festival de flamenco de primerísimo orden, una ópera de alto nivel, espactáculos de danza internacional, representaciones teatrales de las de mayor interés en el circuito nacional, conferencias  y otras numerosas actividades.

Supongo que junto a una gestión razonable, habrá influido en esta situación el sistema de patronicios que la actual dirección ha impulsado decididamente. Por medio de este sistema se ha abierto la puerta a la colaboración de la empresa privada y se cuenta ya con un puñado de patrocinadores comprometidos, entre los que destacaría entre las grandes empresas a una pequeña pero que ha entendido su responsabilidad y rol en la cultura local; la librería Popular. Nos queda siempre, también hay que decirlo, el regusto tristón por la evidente realidad de que la inmensa mayoría de la población vive completamente de espaldas a toda esta actividad. Este es un asunto que excede las responsabilidades de Cultural Albacete, pero me pregunto si desde el propio consorcio se podría hacer algo en este sentido por la vía quizás de una comunicación más extensa o que utilice métodos nuevos más imaginativos o acercar más algunas actividades de iniciación (los centros socioculturales de los barrios tienen mucho público). Sabemos que mucha gente no va ciertos acontecimientos culturales sólo porque no ha ido nunca y que esa primera vez, en mayor o menor medida crea aficionados. Pero eso es harina de otro costal. A Cultural Albacete, de momento, nuestro reconocimiento y aplauso.

 
 

León Molina

 

CRUCE DE CAMINOS

 
 
 
 

Descubres de pronto un día que ese chico de barba que pasa por el pasillo y ese otro que miras hacia arriba son tus hijos. Aquellos niños a los que llevabas al campo a descubrir rincones maravillosos que ellos creían  sólo nuestros,  aquellos niños que te preguntaban todo porque creían que tú para todo tendrías respuesta,  los niños que se abrazaban a ti como agarrando el mundo entero, hoy son muchachos que empiezan a caminar solos por este maravilloso mundo de mierda. Los ves divertirse como sólo a esa edad puede uno divertirse, buscar y experimentar, acertar y equivocarse, restregarse en fin con las aristas del mundo para arrancarse  la piel de la niñez  y estrenar la que palpita debajo fresca, aún tierna, pero que será un día con suerte dura y elástica para entenderse con el mundo.

En este momento los hijos se convierten en un espejo y compruebas que tú también estás cambiando la piel, que tu cara, tu cuerpo, tu mirada, tu fuerza, no se corresponden con las de la foto que había de ti mismo en el álbum de tu memoria. Te miras en esos espejos grandotes y descubres -sin conservas algo de inteligencia- que eres más pequeño de lo que te creías, que la vida siempre gana y que trae para todos, para ti también, un regalito con trampa que se llama muerte. La muerte deja de ser una idea y la puedes ver y la puedes tocar. Es como un retoño que ha surgido de tu viejo tronco.  La vida por primera vez no es infinita y la mayoría de las creencias van cayendo al suelo como hojas de otoño.

Cada vez que tus hijos salen a la calle sientes la inquietud de que pudieran no volver a  la hora de cenar, de que ya no vuelvan. Y un día no lejano así será. En este tiempo de mudanzas para ellos y para ti,  las miradas dicen lo que el corazón sabe; hemos llegado al cruce de caminos. Nos separaremos. Cada uno afila las armas, medita la estrategia para las  próximas batallas. Sólo nos consuela el sentimiento extraño de que pase lo que pase estaremos en el mismo bando. Nos une una conjura que una fuerza desconocida selló en nuestro nombre.

Mañana serán adultos y tú serás viejo. Siempre ha sido así. Dicen que es algo natural. Yo les deseo una vida plena, intensa, gozosa y que de vez en cuando vengan a contármelo. Y para mí la inteligencia suficiente para descubrir los nuevos frutos de la rebeldía  que en los años venideros estén a mi alcance para ser digno de mi muerte que quiero lejana y mecida en hermosos recuerdos en la memoria de los míos. 

 
 

CIUDADANASTROS

 
 
 
 

En los últimos tiempos, hablamos todos mucho de la degradación que el ejercicio diario de la política alcanza en nuestro país, hablamos  del bajo nivel de la política y los políticos, y hablamos sin misericordia de la abundancia de “politicastros”.  Y no diré yo que no sea cierto, aunque seguramente habría que definir las proporciones o matizar los adjetivos. Porque esas palabras pueden ser perfectamente reversibles. De modo que también estaría de acuerdo si alguien afirmara que en este país hay una gran cantidad de “ciudadanastros”. El  ciudadanastro canalla entra de lleno en el campo de lo criminal (estafadores de alta y baja estofa, maltratadotes, pedófilos, ladrones, asesinos...). El ciudadanastro listillo se mueve casi sin ser reprobado por nadie en una línea delictiva tenida por light (defraudadores del fisco, violentos de baja intensidad, insultadores, maledicentes y cotillas  profesionales, gamberros...).El ciudadanastro pedorro  no delinque pero es muy molesto (los que se cuelan en las colas, los que tiran porquería por todos lados, los guarros que no se lavan, los que berrean sus tontunas futboleras en tu oreja, los groseros chorreantes de hormonas en descomposición...). Existe también un tipo muy extendido pero que pasa desapercibido: el ciudadanastro egoísta (el que no toma parte, el que no juega, aquél para quien lo público es una marcianada que no va con él y que no entiende los impuestos, ni las normas de civismo, ni la supremacía del bien común sobre los intereses particulares...). El ciudadanastro jeta que pasa por probo ciudadano y resulta ser un funcionario que se rasca las narices a dos manos (con estos ojos que se comerán los gusanos yo las he visto en grupo brazos en alto dando clases de sevillanas en horas de trabajo), los cuentistas, el sablista (raza que sobrevive desde siglos atrás en nuestra tierra), el famoseo inmundo, los que piden en los restaurantes que les engorden la cuenta para sacarle algo a la empresa, los que se van a almorzar y de paso se llegan a la huerta y riegan las habas y vuelven repartiéndolas ufanos a los compañeros dos horas después (verídico), y no cuento más que me ciego. De modo que está el ciudadanastro que hace ola. Los políticos podrían decir entonces que existen los politicastros de igual modo que existen los ciudadanastros, pero que en este juego la mayoría son ciudadanos y políticos y lo otro sus desgraciadas excepciones. Y llevarían razón. Pero en ese caso yo les diría que sólo existe un tipo de politicastro; el indigno y que si no hacen limpieza ellos, somos los ciudadanos los que tenemos que pasar el paño. 

ARISTÓTELES TENÍA RAZÓN

 
 
 
 

Puede que sea cierto (yo así lo creo) que España sea hoy en día uno de los mejores países del mundo para vivir. El asunto no requiere mucha profundidad de análisis, ya saben, la combinación del nivel de vida alcanzado unido al saber vivir que nos va quedando hacen que “aquí se vivei dei puta madruei” como dice mi amigo el guiri.

Pero tengo para mí que esto nos enfrenta a una curiosa paradoja porque una de las  amenazas importantes a nuestra supuesta felicidad creo que viene precisamente por la vía de la opulencia. Estamos empezando a ser demasiado ricos y comenzamos a vivir en una sociedad hiperorganizada, cosas ambas íntimamente relacionadas. Y estas ambas cosas nos hacen menos libres y menos listos y menos felices. Hace ya muchos puntos de renta que nuestra riqueza sólo sirve para comprar cosas del todo innecesarias, las cuales nos esclavizan de un modo sutil pero real y tangible. Cambiamos tiempo y vida por cosas, por posesiones y artefactos. Echen ustedes si no la vista atrás y recuerden los mejores momentos de sus vidas y piensen qué narices tuvieron que ver con lo que el dinero aporta. Yo ahora no tengo mucho, pero las épocas de más  intensa y sostenida alegría de vivir sucedieron cuando no tenía nada. Pero nos deslumbra la riqueza. Y luchamos por sostener este edificio de abundancia a base de una buena organización. A más riqueza, más organización. De modo que hemos llegado al país hiperorganizado (me refiero claro está a las medias y estándares mundiales). Todo está previsto. Hay cauces para todo. Todo tiene su sistema. El dinero es enemigo íntimo de las sorpresas. Nuestras jornadas vienen con abrefácil y sistema antigoteo. Son complejas, sofisticadas y carentes casi por completo de improvisación y de aventura, situaciones donde la alegría y el goce de vivir tienen un lecho más propicio para florecer. Si piensan que no llevo razón, tendrían ustedes fácil demostrarlo, pero ¡atentos!, tendrían que irse necesariamente  al extremo contrario del que yo hablo, pues lo que digo precisamente es que nos estamos extremando. De modo que ni tanto ni tan calvo. La virtud sigue estando donde dijo Aristóteles, en el término medio. La pobreza y el caos producen sufrimiento, aniquilan al hombre, por eso llevamos tanto tiempo organizándonos y trabajando para librarnos de ellas. Pero, ¿hasta donde?. ¿Somos conscientes de que la opulencia y el exceso de reglas y seguridad aniquilan el espíritu y producen otro sufrimiento sutil?. Piensen en ello si les apetece, mientras yo me voy al  magnífico restaurante de mi tertulia que tiene pasadas todas las inspecciones y registros legales.

 

 
 

ALMENDROS EN FLOR

 
 
 

En los días pasados, mi trabajó me llevó a desplazarme constantemente por las tierras fronterizas entre Albacete y Murcia. Aun en medio del frío el campo mostraba un diáfano esplendor. El aire gélido, muy transparente, enfrentaba sus azules a los colores extraños que despliega esta tierra reseca. En los amplios y hermosos valles del noroeste murciano las grandes manchas de blanco y lila de los almendros hablaban el idioma, extraño en este tiempo, de la primavera. En este contraste me llegaba de nuevo la idea del tiempo. Hace cuatro días Albacete estaba cubierto de hielo. En el fondo de estos paisajes se pueden ver aún las cumbres blancas de Sierra Espuña, Revolcadores y Las Cabras y las flores del almendro ya están fuera en sus grandes copos, en sus plantaciones que trastornan el paisaje. La luz y los almendros tiran con hilo invisible de la primavera que aguarda temerosa. Otra primavera. Otro año por tanto que ha pasado. Nada marca más ostensiblemente los ciclos de la vida que la primavera. Recuerdo los años que cumpliré dentro de un par de meses y sonrío, porque en realidad, la edad, a cada edad, casi siempre nos parece una broma poco menos que imposible. Una de las visitas de trabajo tuvo lugar en una bodega de las tierras de Bullas. Al otro lado mismo de los cristales de las oficinas los trabajadores laboreaban las vides bajo la mole de la Sierra de Lavia. Los bodegueros,  la gente del vino, vive enredada en el paso del tiempo como nadie. El tiempo les da unos u otros frutos, el tiempo les da la crianza, y todos los caprichos del vino bailan con los caprichos del tiempo. Con las conversaciones se fue apagando el día que me llevó al hotel. Las habitaciones de los hoteles son cajas llenas de tiempo. Y por tanto de memoria. Hace más de veinte años yo pasé por aquí por primera vez. Era joven. Vivía del cuento. Y era entonces la flor del almendro una pintura del todo inofensiva. Lo recuerdo ahora con una punzada de color en las pupilas mientras suena ajena la llamada rutinaria a casa. Sí, ya nos hemos contado las cosas del día, pero no os he contado que estoy solo en este hotel  pensando dónde se esconde la primavera cuando hace tanto frío, que he tenido que esforzarme y  hacer cuentas para recordar los años que cumpliré dentro de dos meses, que no comprendo este trabajo que hago, que os quiero no sé como cómo, que voy para viejo y soy por tanto un tipo corriente como somos todos los que nos hacemos viejos. Fueron los almendros emoción en la luz de la mañana. Ahora son un recuerdo añejo. La vida que pasa.

 

ACERTIJO

 
 
 
 

Una gran urbanización compuesta por distintos bloques de apartamentos decidieron organizarse para gestionar los servicios comunes. Cada edificio tenía sus representantes democráticamente elegidos, de modo que se decidió crear una Agrupación de vecinos que respetando la representatividad política del conjunto de los edificios, aglutinara la gestión de servicios comunes, cuidando especialmente de atender las necesidades de los edificios más pequeños. Dicho y hecho. Para gestionar los servicios de cada área (viales, jardines, cultura, fiestas, etc.) se crearon multitud de departamentos con sus equipos técnicos al frente, vehículos, herramientas y  personal de distinto grado profesional. Antes de darse cuenta, contaban con casi mil empleados. Al tiempo comenzaron a detectarse algunos problemas. La verdad es que el funcionamiento era raro, las comunidades de cada bloque en vez de pedir cosas al ayuntamiento se las pedía a la Agrupación para que ésta la pidiera al ayuntamiento, el cual pedía dinero al gobierno regional para  ayudar a las asociaciones. Cualquier cosa menos pedirlo directamente. Por causas parecidas encontraron con el correr del tiempo que existían muchos servicios digamos raros. En una ocasión, por ejemplo, y aunque parezca increíble, se creó un imprenta con todas sus máquinas y personal para ahorrar en los folletos. También había un colegio y un buen número de otras actividades sin sentido. Descubrieron que la gestión era lenta, torpe y archiburocratizada y que los periodos electorales producían parálisis en la gestión que a veces abarcaban muchos meses antes y después de las elecciones. También se habían convertido en los peores pagadores de las distintas instituciones de vecinos habiendo arruinado ya a más de un proveedor. Pero sobre todo, descubrieron  que de  los sesenta mil euros que tenían para dar servicios a los vecinos, casi cuarenta mil se les iban en pagar al personal. Pero lo curioso es que parece que la situación no preocupa a casi nadie y los pocos que protestan se encuentran un muro de silencio. Y los políticos de las agrupaciones vecinales de rango nacional pueden estar dispuestos a cambiar incluso la Constitución del país, pero las agrupaciones de vecinos, ni tocarlas. Muchos vecinos no entendemos las razones del inmovilismo. Y lo mismo nos va a dar.

Hasta aquí el acertijo. Si aún no sabe de qué estoy hablando, dé una vuelta por el Paseo de la Libertad. Gracias por jugar y hasta la próxima.

A SS MM DE ORIENTE

 

Queridos Reyes Magos: Este año me he portado bien. He trabajado como un esclavo y no he dicho ni pío, he pagado religiosamente los recibos usureros del banco, no le he abierto la cabeza a ninguno de mis dos hijos adolescentes, he mostrado gran compresión a mi esposa en sus discursos sobre la lamentable situación de la mujer y la suya propia y le he sido fiel de cabeza para afuera casi completamente. No le he hecho mal a nadie, si bien es cierto que lo que hubiera querido hacerle a alguno me consta que está penado con la cárcel, pero el caso es que no lo he hecho y  eso es lo que vale, ¿no?. He de deciros también que he comprado muchísimas cosas, casi todas inútiles para aportar mi granito de arena al desarrollo de nuestra economía y el bienestar de mis conciudadanos. A misa no he ido, ¿veis?, ahí me habéis pillado. Pero si no me equivoco vosotros tampoco fuisteis nunca a misa, y no podéis saber cómo os hubiera sentado al cuerpo, por lo que considero que no debe ser ésta falta computable en el debe de mi declaración. Es cierto también que he dicho algunos tacos... bueno, bastantes tacos, incluso algunos de ellos de corte blasfemo. No sé si esto va ir anotado en rojo, pero haceos cargo, ¿qué expresiones hubierais usado vosotros ante, por ejemplo, las imágenes de los cuerpos destripados cada día en Irak?. Con “jolines, pobrecillos” no se suelta ni un miligramo de adrenalina y la salud se resiente. Ya sé que ni Dios ni la mamá de Busch Jr. tienen la culpa, pero yo tengo que cuidarme que tengo una familia que mantener. Dicen que vosotros no dijisteis nunca tacos, pero habéis de reconocer que en vuestra época no existía ni Carod Rovira, ni Acebes ni gente así. Por si no lo sabéis estas personas son políticos, que son unos señores que los elige el pueblo y mandan o ponen a parir al que manda, algunos incluso se ponen a parir ellos mismos sin darse cuenta cada vez que abren la boca, a estos se les llama nacionalistas y son los más divertidos. A todo esto le llamamos democracia, cosa que vosotros conoceréis de la época de los griegos. Ya sé que fuisteis reyes absolutistas no por mal rollo, sino porque no conocíais el invento prodigioso que hoy disfrutamos en España de democracia y reinado al mismo tiempo, que si no, se yo que sí. Y como me he portado bien quiero pediros algo. Me gustaría que convencierais a mi señora de que el sexo en trío es una gran experiencia que todo el mundo debería tener como le vengo diciendo desde hace más de veinte años y, si os parece, de la colonia y los calcetines este año pasamos. Muchas gracias.