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El Puente. León Molina

2009

Cuento de navidad

Cuento de navidad

Érase una vez un  planeta muy bonito en un oscuro confín del universo. Era un planeta feliz.  Y estaba tan alegre que en su superficie empezaron a pasar cosas espléndidas. Surgió el agua, el aire, las montañas, los ríos. Y sobre todo, surgió algo increíble; seres animados que se movían, crecían y se reproducían. Surgió la vida. Surgieron peces, dinosaurios, árboles… Hasta que poco a poco se fueron formando los seres humanos. Animales que eran capaces de pensar. Y como pensaban podían hacer cosas. Y les dio la manía de hacer muchas cosas. Pero sus fábricas ensuciaban mucho el cielo.  Por eso algunos de esos seres humanos pensaron que había que pensárselo mejor, porque se iban a cargar su bonito planeta. A estas personas, el resto de la humanidad no le hacían mucho caso y los trataban como si fueran locos. Les llamaban científicos, ecologistas y otras cosas peores. Los grandes jefes de los seres humanos solían tener familia que ganaba mucho dinero con el petróleo o incluso primos científicos que les decían que todo eso era una mentira. Pero sucedió que el clima de verdad empezó a volverse loco y a los jefes no les quedó más remedio que empezar a hablar de ello y decir que lo iban a solucionar. Tuvieron muchas reuniones, pero no conseguían nada porque siempre decían “tú primero, tú primero”. La última reunión que tuvieron fue la peor. Y además no dejaron entrar a los científicos ni a los ecologistas para que no molestaran. Todos los seres humanos se fueron a la cena de nochebuena de ese año mientras el cielo se seguía ensuciando mucho como siempre. Los jefes se hincharon a comer felices con sus familias, mientras algún ecologista cenó solo en la cárcel porque sacó pancartas y otros delitos gordísimos. Esta navidad el planeta no ha estado tan contento como otras veces. Así que, queridos niños, este año no os olvidéis pedirle a los Reyes magos que traigan a estos jefes un poquito de inteligencia y otro poquito de vergüenza para que les arregle un poco la cabeza y el planeta precioso del cielo vuelva a estar contento. Y colorín colorado, este cuento se ha acabo. 

Bahía de Portman

Bahía de Portman

De verdad que no tengo ninguna manía especial a priori con el gobierno murciano, pero es que no dan tregua.  Son un claro exponente del neoliberalismo  salvaje que al parecer no tiene en cuenta más que el desarrollo desde el punto de vista del beneficio económico.  Y ahora atacan con un nuevo despropósito. Quieren convertir  la bahía de Portman en un gran puerto industrial.   Claro, como el salvajismo minero ya cegó la bahía en lo que constituye probablemente el mayor desastre medioambiental de Europa, pues perdidos al río. Pero resulta que existe un plan del gobierno central apoyado por la UE para recuperar la bahía, cosa que al señor Valcárcel se la trae al pairo. Y resulta que la bahía esté integrada en la Red Natura 2000 a través de su pertenecía a Zona de de Especial protección de las Aves y Lugar de importancia comunitaria para la biodiversidad. Les da igual. Resulta además que la bahía está en el término municipal de La Unión, un pueblo devastado por el abrupto final de la actividad minera y que necesita ese trocito de costa que tiene (que es una continuación natural del parque de Calblanque) para un desarrollo imprescindible. Hablo con conocimiento de causa pues hace algunos años llevé la dirección técnica de un profundo estudio para el diseño de un plan estratégico para el desarrollo del municipio. Pocos pueblos habrá en España con las difíciles condiciones de La Unión y con tan acuciantes demandas.  En el norte de la península con el fin de la minería llegó una ayuda masiva para los pueblos afectados. Pero a La Unión la dejaron completamente abandonada a su triste suerte. Y ahora quieren cerrarle su reducida salida al mar con un megapuerto industrial.  Claro, que en su lógica puramente mercantilista pensarán, ¿quieres desarrollo?, pues toma tres tazas. Qué brutos son. Qué plaga. La gastada palabra “insostenibilidad” recupera toda la fuerza de su sentido con las acciones y propuestas de estos bárbaros. La mayoría de los albaceteños tenemos en mayor o menor grado lazos con la vecina Murcia y nos duele ese gobierno que nos separa con acciones y propuestas que la deterioran y con sus continuas llamadas a una demagógica guerra por el agua necesaria sólo para los nuevos oligarcas que les son afines. En fin, una dolorosa pena.

La felicidad

La felicidad

Tengo para mí que la felicidad es algo así como normalidad con alegría. El resto son ensoñaciones para gente inmadura. El concepto “felicidad” tal como comúnmente se usa es muy peligroso y creo que incluso una fuente de infelicidad en sí mismo. Puesto que configuramos la felicidad como una situación de perfección y cumplimiento coincidente con mis deseos por tontos, irreales o desquiciados que estos puedan ser. La propia idea de felicidad me remite constantemente a lo que no tengo, es decir a la infelicidad.  El deseo es una fuerza loca. Y aunque sin deseo no se puede vivir y lo mejor y lo peor del ser humano hunde sus raíces en el deseo, en la capacidad de inventar y buscar algo diferente de lo que tengo o lo que conozco, parece que con frecuencia nos olvidamos de que el deseo es sólo una propuesta que nos hacemos a nosotros mismos y al mundo, y que su no materialización es el resultado más común de nuestros esfuerzos. Porque el mundo va a su bola y yo no lo controlo. Esa “normalidad” a la que refiero es entonces la normalidad de una vida donde constantemente obtenemos cosas, pero también las perdemos, donde suceden cosas que me agradan y también otras muchas que me desagradan. El mundo es un claroscuro de grises con excepciones siempre breves de color, que normalmente provienen de la pasión. Quitados entonces lo duelos de las tragedias que nos azotan a veces, el resto es normalidad.  Si lo aceptamos, estamos a un paso de la felicidad. ¿Qué falta entonces?.  La alegría, sin duda. Pero resulta que la alegría depende en gran medida de la voluntad, de la decisión de estar alegre.   Si no están de acuerdo, simplemente pruébenlo. Funciona.  Séneca, que dijo muchas grandes verdades sencillas dijo: “Hay que quitar importancia a las cosas y sobrellevarlas con ánimo, es más humano reírse de la vida que lamentarla.” y el gran Montaigne a su vez: “La prueba más clara de sabiduría es una alegría continua”. De modo que aceptar la vida como es y decidir estar alegre. No ser feliz es de tontos.

Relativismo

Relativismo

Últimamente se ha puesto muy de moda discutir acerca del relativismo. El concepto, que lleva detrás mucha profundidad histórica de análisis, se ha banalizado como toda palabra o idea que  se populariza. La palabreja en cuestión es utilizada no como herramienta de pensamiento y comunicación, sino como  estandarte de grupos vocingleros que se alinean en grupos de forofos, simplemente para reñir en discusiones vacías y que sólo persiguen poner a su equipo por delante en el marcador. El término “relativismo” es usado especialmente por los grupos más “hooligan” de nuestra sociedad. Es desde luego coherente. Sin el absolutismo de verdades indiscutibles (sus verdades) ese club perdería por completo su razón de ser, del mismo modo que en la práctica se están quedando paulatinamente sin masa social, o si lo prefieren sin socios con carnet.  Es cierto que existen verdades absolutas, pero estas vienen refrendadas por la observación empírica y la ciencia (un triángulo tiene tres ángulos y si suelto una piedra de mi mano cae, nos pongamos como nos pongamos)  o por valores que persiguen de modo universal el bienestar de los seres  humanos (torturar no le ha hecho bien a ninguna persona nunca, independientemente de que sea cristiano, mahometano, bantú, lapón o parisino). Y hay otras cosas que son relativas. Dejarse la barba, ayunar, practicar la sexualidad o la abstinencia, rezarle a Cristo o a un elefante enjoyado..,  son cosas que no están bien ni mal, sino que caen dentro del ámbito estricto de la libertad individual de la persona y por tanto de la sociedad en su conjunto.  Esta libertad rompe el secular monopolio moral de las iglesias y la consiguiente administración de las conductas con el gran poder que ello genera. Es lo que en el mundo de la empresa se denomina mercado o cliente cautivo. Si quieres la verdad no tienes más remedio que comprármela a mí porque yo sólo la ofrezco. La lucha contra el relativismo en este caso no es más que la defensa del absolutismo particular en que basan su poder. En la Edad Media feudal les fue bien. Hoy no. Y por ahí va la cosa.

Vandalismo institucional

Vandalismo institucional

El támdem murciano compuesto por Ramón Luis Valcárcel (presidente regional) y Miguel Cámara (alcalde de Murcia) pasarán a la historia como uno de los más eficaces agentes destructores del patrimonio medioambiental e histórico de esa hermosa y para mí queridas región y ciudad.  Y el patrimonio histórico árabe de la ciudad  quizás es el que sale peor parado, no en vano usted puede tomarse un cubata en el horrendo bar del Rincón de Pepe apoyando los riñones en un paño de la muralla medieval o puede ver una casa árabe a través del suelo de cristal de una tienda de bisutería en el Centro comercial Cetina. Ahora atacan de nuevo. Resulta que en el amplísimo espacio del jardín de San Esteban las obras de un parking han descubierto un complejo de ruinas de edificios árabes que constan (de momento) de cuarenta y ocho casas, siete palacios y una mezquita. Es decir una riqueza arqueológica más que notable. Dicen que levantarán todas las ruinas, harán el parking y pondrán encima parte del yacimiento (el resto ahí se queda debajo del hormigón). ¿Se puede despreciar más la cultura y la historia?; o para hablar claro, ¿se puede ser más burro?. Seguro que por burros que sean saben que un yacimiento de estas características debe llevar años de estudio cuidadoso removiendo por lo general capas y capas de sedimentos que puede constituir una aventura del conocimiento y un hito en el aprendizaje de la propia historia. La justificación de su dócil director general de bellas artes (que no es arqueólogo ni nada parecido) es de vergüenza ajena: “los murcianos del siglo XIII no nadaban tres metros y medio por debajo del nivel del suelo”, dice y se queda tan pancho.  Todos los expertos consultados dicen que es una auténtica barbaridad, que los materiales que hay allí no resistirían el traslado. Pero a ellos todo les da igual. Quieren su parking y no tanto ladrillico viejo. Y gente así rige los destinos de las artes y el patrimonio en una región. Amigos murcianos, desde aquí mi apoyo en vuestra lucha contra el vandalismo institucional. Suerte.

Pajaricos

Pajaricos

Entre nosotros vive gente muy rarita que dedica prácticamente todo su tiempo libre a observar los pájaros. Parte de ellos se dedican a fotografiarlos con gran aparato tecnológico, otros los capturan con sus redes para anillarlos y colaborar así en una red mundial de control y estudio de las distintas especies y otros simplemente los observan con sus prismáticos o telescopios terrestres. Y no son cuatro excéntricos, son miles de personas que desde el viernes por la tarde escapan de las ciudades camino de humedales o de cualquier rincón de las montañas para dar rienda suelta a su pasión por los pájaros o, como diría mi amigo Antonio, su “títere con lo pajaricos”. Son gente maja por lo general, gente tranquila y de buen rollo, que salen de sus casas rurales cuando todavía es de noche y no regresan hasta las horas en que el hambre aprieta. Pero, ¿qué puede impulsar a alguien a darse un paliza de coche, gastar su dinero en alojamientos, a pasar horas y horas escondido y quieto para conseguir la foto de un pajarico que todavía se les resiste?. En el fondo, la mayor parte de las veces, funciona la seducción del contacto con la naturaleza. Los aromas del campo, el sonido del viento en las quebradas o entre los carrizales, el cambio de las tonalidades de la luz con el paso de las horas, el aire limpio que acaricia el rostro, el silencio majestuoso que alimenta el corazón y la inteligencia y el sentimiento de hermanamiento con las criaturas que comparten con nosotros el regazo de la madre naturaleza. Y es que nos hemos alejado demasiado de la casa materna. En nuestra loca carrera de progreso hemos sufrido la ilusión de la autosuficiencia y hemos creído que podíamos vivir olvidados de lo que en una parte muy profunda somos, ni más ni menos que criaturas fruto de un planeta que vive su propia aventura. Quizás les parezca que exagero, pero considero que estos raritos que pasan la vida observando los pajaricos son personas absolutamente necesarias. Ellos son, entre otros, aquellos que mantienen y cuidan las últimas conexiones que nos quedan con la naturaleza de la que formamos parte. Mientras la humanidad camina no se sabe muy hacia dónde, ellos vuelan hacia la serenidad que reina en casa de la madre.

Menos I menos D

Menos I menos D

La investigación y el desarrollo, e incluso la innovación, si quieren ustedes la otra “i”, en este país y con este gobierno es absolutamente demencial y sin duda traerá perjuicios de calado y durante mucho tiempo. El tijeretazo brutal que los presupuestos de 2010 le asesta al presupuesto de subvenciones para la investigación científica básica viene a sumarse a una trayectoria de abandono y olvido en este campo que ha sido una de las causas, por ejemplo, de la dureza especial que la crisis está experimentando aquí. El reinado ministerial de la pija desde luego pasará a la historia. En España un futbolista puede ganar millones de euros y puede incluso cabrearse muchísimo porque le quieran subir la cotización, pero un investigador que se ha dejado las pestañas estudiando, que está contribuyendo al futuro del país quizás como nadie, tiene que conformarse con ser un becario mileurista hasta más allá de los cuarenta años. Y cuando esto lo tenían casi asumido los pobrecitos, pues padecen ahora una situación que se parece más que nada a un desmantelamiento. Entretanto aquí en Albacete han levantado las calles para volver a hacerlas. Me he parado a mirar con detenimiento la calle Rosario en ese tramo de la pirueta peatonal-pero-con-coches y que me cuelguen si no han hecho exactamente lo mismo que había antes. No seré yo quien proteste o se oponga a que el gobierno luche por proteger socialmente a los ciudadanos en esta dura crisis, pero seguro que hasta un niño podría aportar ideas mejores y más constructivas que levantar calles para hacerlas otra vez igual. Y esa pasta quieren que salga entera por lo visto de los recortes a la investigación. Desde el primer presupuesto de Zapatero ya señalamos aquí dos fiascos y mentiras de gran calado: los nulos esfuerzos por la convergencia con los tratados internacionales de protección del medio ambiente y el rácano planteamiento de los fondos para I+D.   Pues nada, estamos en lo de siempre, que inventen ellos. Nosotros al ladrillo, al destrozo ambiental, a ver cómo los que más pueden aportar al conocimiento y el desarrollo están preparando otra vez las maletas para largarse a otros lugares menos paletos. Pero el gibierno seguirá con la boca llena de apoyo a la innovación. Ahora, aunque quisiéramos, no vamos a creerle más.

La salud

La salud

Una de las secciones de los medios de comunicación que menos me interesan es la referente a la salud. Los cuadernillos de estos temas directamente me los salto. Puede que allí se encuentren a veces informaciones científicas interesanteS o curiosas. Pero sucede que la mayor parte de estas secciones se dedican más que nada a divulgar descubrimientos que supuestamente tienen que ver con la salud de todos, es decir también con mi salud. Y esto presenta varios problemas. Primero que yo no estoy seguro de ser parte de ese todos de los que nos hablan. Ese todos es las más de las veces una fantasmagorías que usan los gobiernos, las empresas, y los listos oficiales para manejar sus propios intereses. Si algo da cáncer, se lo da a quien se lo da y no a otro. De modo que si a  mí no me da, maldita la gracia que me hace que me acojonen. De modo que hasta que no me digan algo así como que “usted va a comenzar a desarrollar un cáncer el día tal a tal hora a menos que deje de ingerir banderillas picantes de inmediato”, pues mientras, prefiero que no me calienten la cabeza. Pero resulta también que las recomendaciones sobre la salud, lo que es beneficioso y lo que es perjudicial, son tan frecuentemente contradictorias, que estoy convencido que si existe algún maníaco obsesivo que haya seguido todas las indicaciones de salud aparecidas en los medios, estará muerto y enterrado o será un monstruo de feria. Pero hay una cosa más; fuera de comer con cierto orden y mesura, hacer algún ejercicio y no hincharse a psicotrópicos, el resto de asuntos para mantener la salud más o menos empiezan a afinar tanto que difícilmente se puede generalizar y, en consecuencia, considero que lo más inteligente para conservar la alegría (que es la forma más elemental de salud) es conformarte con la salud que tienes (siempre hablando de la normalidad) e incluso asumir contento los vicios o costumbres que pueden dañar tu cuerpo hasta el día en que decidas abandonarlos. Y entretanto luchar contra aquellos que quieren impedirte este proceder que emana del ejercicio de tu libertad, como los histéricos antitabaco que nos ponen la cabeza como un bombo o los asquerosos musculitos que miran tus mollas por encima del hombro.

Arden Las Tablas

Arden Las Tablas

Arde el vientre de la laguna manchega. Las Tablas de Daimiel, ya sin futuro, han decidido suicidarse y se han llevado a la pira a sí mismas. No es nuevo, pasa en cualquier lugar donde haya seres humanos cerca. Cuentan las crónicas que los llanos que circundaban Albacete constituían un complejo lagunar muy extenso. Ni memoria hay ya de ello, ni de la vida que albergara. Nos cargamos las lagunas y estamos trabajando duro para cargarnos el gran mar de agua fósil subterránea. Conseguiremos convertirlo en un completo desierto. Entretanto, las Tablas de Daimiel, que resistían en un rincón de La Mancha como un océano de vida, es una pradera seca de la que emergen fumarolas como si se tratase de una tierra volcánica. Ni siquiera la vergüenza de que toda Europa hoy contemple atónita este salvajismo y su parlamento nos advierta de que el parque perderá su condición y protección ha sido suficiente para que alguien haga algo. Se sabía desde hace más de treinta años lo que estaba pasando, pero nadie hizo nada. La población en general miraba para otro lado y no se interesaba por este asunto, los agricultores de la zona abrían todos los pozos que les daba la gana sin permisos,  aun sabiendo que un día el acuífero se secaría y sus cultivos y modo de vida pasaría a la historia, los responsables políticos nunca se atrevieron a cerrar esos pozos ilegales y detener el sinsentido, nunca se atrevieron a perder un puñado de votos.  En cualquier país civilizado, que un parque natural referente estratégico de la vida salvaje de Europa se deje perder y desaparecer convirtiéndose en un desierto, sería razón más que suficiente para que dimitiera hasta el bedel de la consejería. Pero verán como aquí no pasa nada. Eso sí, una vez perdido el parque, empezará a llegar un poco de agua en acciones fuera de tiempo, urgentes y carísimas que pagaremos todos  y que sólo servirá para mantener un poco más  los miles de pozos ilegales que precisamente mataron la laguna. Cuando la UE actúe sentiré dolorosamente que han hecho justicia. Y sentiré una profunda vergüenza de vivir en este país que presume de civilizado y, en según en qué cosas, no es más que un puerto de arrebatacapas.

Coger bronca

Coger bronca

Me dice mi hermana que mis artículos son pesimistas, que siempre hablan de cosas negativas, que tienen mucha bronca, como dicen los argentinos. Dice que me fije bien, que en nuestro mundo hay muchas cosas positivas, que el progreso nos ha traído también mucho con lo que sentirnos felices. De modo que tomo en serio sus palabras y analizo. Lo primero que me sorprende es eso del pesimismo o la bronca. No es ese mi ánimo. Cada vez que me siento molesto por algo, es por algo que me parece digno de interés, asuntos sobre los que creo que merece la pena luchar, opinar, tomar partido. Sólo un imbécil comenta o critica aquello que no vale nada. De modo que opinar sobre cualquier asunto supone que se le considera lo suficientemente importante para dedicarle tiempo y reflexión. O dicho de otro modo, se habla de aquello que se estima y que se considera amenazado. Es, al fin, una actitud positiva. Por otra parte, considero que el progreso no es bueno ni malo en sí mismo, es parte de la aventura loca que vive nuestra especie en el mundo. Y si es cierto que hoy en los países desarrollados hay situaciones aparentemente beneficiosas para todos nosotros (confort, salud, mayor respeto por la autonomía y dignidad personales, etc), eso no nos puede hacer olvidar que el resto del mundo (el resto de nuestra especie) ni se lo huele y que además de los beneficios que obtenemos del desarrollo recibimos de él grandes daños y que muchas veces esos daños están ocultos en el mismo interior de los beneficios. Esa ocultación de lo malo dentro del frasco de lo bueno, tiene su dimensión más sonora y más difícil de detectar en el aspecto moral, de modo que hay poco que analizar en el hecho de que un bestia le pegue un tortazo gratuito a alguien, pero sí que hay mucho que desentrañar y denunciar en el discurso de un político que nos promete por su intercesión todo el bien y puede hasta creérselo, pero nos atiza con su incompetencia en el mejor de los casos. Sólo cogemos bronca los optimistas, hermana querida, los que pensamos que la razón todavía sirve para algo.

Almendra amarga

Almendra amarga

Hasta mi ventana llega el runrún interminable de las máquinas de descascarar almendra desde todos los puntos de mi aldea. En otro tiempo esta actividad, en los años buenos como este, propiciaba días de fatiga, pero sin duda alguna también de alegría al recoger el fruto de los esfuerzos de todo un año. Sin embargo este año veo caras torcidas y se respira en el ambiente angustia y desolación. Los abuelos no pueden permitir que los frutos de esos árboles que fueron sembrando y cuidando a lo largo de toda su vida, caigan al suelo y se pierdan, pero ya no pueden físicamente con la tarea (así me lo asegura una vecina de ochenta años con las lágrimas asomando en sus ojos). El precio este año está por los suelos y no permite contratar a nadie, si es que hubiera alguien que quisiera hacer ese trabajo, que esa es otra. De modo que hay que tirar de los hijos y los nietos, que están en otros sitios y otros rollos y no comprenden que tengan que venir a deslomarse en sus fines de semana de descanso para no sacar nada, si acaso sólo por no ver desfallecer de tristeza a sus padres y abuelos. Los abuelos se morirán pronto. Los almendros también. Vendrán las confederaciones hidrográficas (en realidad ya han venido) a coger el agua y llevarla aguas abajo hacia las zonas de “agricultura industrial” insostenible y dañarán la naturaleza y la vida en procesos irreversibles.  Y con los abuelos y los almendros morirá un modo de vida ligado a la tierra. Todos al asfalto y a las factorías. Dicen que hemos apostado por ello. Pero al parecer, según los estudios recientes, casi la quinta parte de los habitantes del medio rural son los neorrurales, aquellos que decidieron dejar la ciudad para vivir en pueblos y aldeas.  Y lo hacen contra viento y marea afrontando las grandes dificultades de todo tipo que supone ir en contra de la corriente. Esperemos que sigan viniendo y que los que lo hagan, lo hagan por propia voluntad. Que no tenga que venir en masa la mano de obra de la ciudad a forrajear por los campos porque aquellos que manejan los hilos de la economía, en su infinita avaricia, la hayan destruido por fin, como a punto han estado o están de conseguirlo. La pena en los ojos acuosos de mi vecina, hoy humedece el mundo. 

Gol a la burrería

Gol a la burrería

La promotora urbanística Cleyton Ges ha declarado recientemente que la urbanización Las Higuericas en Hellín, es “inviable”. La causa será la pasta, porque hasta ahora todo el resto de causas de mayor importancia se las había traído muy floja. Y se puede comprender que ellos miraran para otro lado, pero no se puede comprender ni admitir que la administración, local y regional también lo hicieran. Y no solo eso, sino que jalearan a Cleyton Ges y la ayudaran con favores tan demenciales como decir que un proyecto así en zona Red Natura 2000 no necesitaría estudio de impacto ambiental. Hubieron viajes no bien explicados a Gran Bretaña de miembros de la corporación municipal, se abrieron las puertas del pueblo a la promotora para que fuera repartiendo dinero entre las asociaciones, o lo que es lo mismo, comprar voluntades, correprisas con los papeles, conversaciones a nivel regional. En fin, un interés desmesurado por el ayuntamiento para que el proyecto de ochocientas viviendas sin recursos energéticos ni de servicios cercanos y en terrenos protegidos y en vías de una protección mayor (esa zona se convertirá en parque natural) fuera adelante. Se pretendía además robar espacio privilegiado a la naturaleza para llenarla de ciudad. Se quería repetir aquí el  modelo de la costa levantina que hoy nos avergüenza. Un edil del ayuntamiento dijo hace tiempo que “hay que arriesgar para conseguir desarrollo para Hellín”. Se retrató y retrató a todo el equipo de gobierno. Pasta a cambio de lo que sea. Ahora, si se cumplen las previsiones y la obra no se hace, habrá que estar atentos para ver quién se hace cargo de restituir ese paisaje hoy devastado por los cascotes. Por salir a dar la cara y pedir perdón por la barbaridad y sus funestas consecuencias, no sufran ni esperen, me temo que será una espera baldía.  De momento confórmense con este gol que el paisaje, la naturaleza y  la vida le han metido a la burrería,  al desarrollo ciego y depredador que está destrozando nuestro planeta. 

P.S. Vaya desde aquí el agradecimiento para las personas que han luchado contra este despropósito, singularmente, Ecologistas en Acción.

Neofieles civiles

Neofieles civiles

Me cuentan que izquierdistas de pro están reivindicando la celebración de bautizos civiles, algo así , dicen, como un acto de bienvenida de un nuevo miembro a la comunidad. Algo parecido están haciendo ya con la comunión y tengo entendido que  celebran con cierta asiduidad una cosa que se llama “día de la no comunión”. Y es que cuando pillan carrerilla… Madre mía cómo están las cabezas. Si han iniciado ese camino con convicción, yo les pediría coherencia y que reivindiquen también la construcción de iglesias civiles, como dirían ellos, donde curas laicos celebraran cada  domingo la emancipación de los ciudadanos libres fraternalmente unidos por la fuerza del estado de bienestar  y en el momento cumbre levantan ante los ojos de todos la constitución española y la Declaración universal de los derechos humanos, al tiempo que  un grupo de jóvenes democráticamente elegidos para compensarles de su poca fortuna con el sexo, rasgan sus guitarras y entonan el gracias a la vida que me ha dado tanto de Mercedes Sosa, con perdón.  Por supuesto el universalismo inherente a todo pensamiento de izquierdas no debe permitir que la cosa se detenga ahí y se debería crear la no iglesia apostólica mundial que guardara y conservara los sagrados principios de la libertad y la igualdad  entre los hombres a cuyo frente habría que poner a un infalible no papa rodeado de un comité de altos representantes de los diez mil quinientos partidos integrados en la coalición de los fieles. Estos notables tendrían la misión indispensable para el progreso de la ciudadanía de moverse la silla unos a otros, darse navajazos traperos y darle collejas al no papa cuando no esté mirando para que el mundo entero comprenda que la izquierda es dinámica y crítica y es el auténtico camino de salvación. Yo confieso que ante esta fuerza arrolladora ya me he puesto las pilas y de vez en cuando hago una no comunión. Como hoy mismo, sin ir más lejos, que he clavado un potaje de rellenos tras lo cual me he quedado un largo rato con los ojos en blanco y la cabeza ida. Por mí que no quede. Y si vamos, vamos.

Balances

Balances

Tengo ya una edad en la que empieza a tener sentido, en la dimensión temporal, hacer balances de la vida. Pero considero que hacer balances quizás tenga sentido sólo en esa dimensión y por una razón tan mecánica y poco convincente como que uno ha vivido mucho ya, mientras que en  el resto de una larga lista de dimensiones no tenga ningún sentido hacerla. Sin embargo, en este momento un tanto adormecido de la tarde del sábado me he sorprendido haciendo balances. Bien es verdad que es una nueva forma de hacer balance, tal cual es hacer balance del futuro, del porvenir.  Una de las acepciones de la palabra “balance” según la RAE es  el “estudio comparativo de las circunstancias de una situación, o de los factores que intervienen en un proceso, para tratar de prever su evolución”. Pero si aquello a lo que la desidia sabática nos ha llevado es a hacer balance del futuro, esa situación sobre la cual pensamos ha de ser necesariamente una situación no actual ni histórica, sino hipotética. De modo que he hecho balance mi situación después de haber abandonado mis actuales ocupaciones para irme a vivir al campo de un modo más sencillo, y he hecho balance de la situación después de no haberlo hecho. Es una actividad divertida para los que como yo tienen una mente imaginativa y soñadora. Pero ante todo, estoy convencido de que el balance no es menos real que cualquier balance acerca de lo que yo realmente he vivido, porque cualquier balance sobre el pasado o el futuro son sencillamente elucubraciones carentes de cualquier viso de realidad y seguramente de utilidad.  En el balance de mi vida pasada y los de mi vida futura, la ecuación me da el mismo resultado; yo soy un  exultante triunfador y un deprimente fracaso todo junto, al tiempo y sin fisuras. Según yo lo creo el triunfo y el fracaso, a despecho de esta sociedad materialista que los mide en la posesión, sólo tiene que ver con la íntima pulsión de la alegría. Quizás esta es de las pocas dimensiones en la que tenga sentido hacer balances. De modo que dormitando sonrío para ayudar a que la cuenta salga. Sencillamente.

Nuevo año

Nuevo año

Sábado de Feria y cayó la lluvia. Fue como un enorme cartel en el cielo, entre las luces, para todos los albaceteños que decía muy clarito “el verano ha terminado”. En algún lugar se está fabricando el frío del que Albacete hace cada año una buena provisión. Antes de que nos demos cuenta podremos ver desde nuestra ventana al mirlo negro aturdido sobre la blancura de la nieve. El año en Albacete comienza con la Feria y las campanadas que lo anuncian son las gotas del primer chubasco sobre los charcos. De modo que esta ciudad y sus habitantes tenemos ante nosotros un nuevo año. En el momento de los deseos cabría preguntarse qué quiere Albacete. Hace tiempo que esta ciudad decidió dejar de ser ese “pezote” en mitad de la llanura para ser algo más. Puede que el momento decisivo para ello fuera cuando se vio convertida sin comerlo ni beberlo en la mayor ciudad de una nueva región llamada Castilla-La Mancha. Seguramente eso cambió su psicología de modo definitivo y decidió hacerse moderna e importante.  Importante dentro de lo que cabe.  Albacete por lo visto quiere una estación de AVE, una nueva autovía de circunvalación, ser un sitio de referencia de la aviación de combate de la UE y todos esos proyectos que ustedes conocen y que harán de nuestro pequeño “pezote” un “pezote” grande.  Albacete nunca tuvo rasgos de identidad muy significativos (fíjense que incluso llevamos prendida en la solapa del alma la imagen de ese pezote de los pezotes bastante feo que es el depósito de la Fiesta del Árbol). Con la modernidad, el desarrollo y la proyectomanía conseguiremos por fin que nuestros rasgos distintivos se reduzcan al cero absoluto. Conviene esto al progreso pues el progreso tal como se concibe hoy en día quiere ciudades y ciudadanos uniformes que se integren en el sistema de manera eficiente sin necesidad de costosos ajustes. Otra cosa es que ese progreso convenga a los ciudadanos. Albacete se ha hecho mayor, grande y fuerte. Tiene menos gracia, pero está en el mundo “compitiendo” como se dice ahora. Y cumplirá muchas ferias más acogiendo incluso a melancólicos espíritus disidentes como el que suscribe. Derrotados, sí, pero sin mala sangre para el que fuera entrañable pezote.

Autonomías peligrosas

Autonomías peligrosas

El presidente boliviano Evo Morales está poniendo en marcha un sistema autonómico que tiene como base la etnia. Parece que a mucha gente esto le parece bien en atención a la larga historia de padecimientos e injusticias de los grupos étnicos bolivianos y de toda América, que es una defensa justa contra la historia colonial opresiva para ellos y hasta para resolver el nuevo colonialismo de las élites dominantes según expresión del propio gobierno de Morales. Y suena bien y parece justo para aquellas personas sensibles ante la injusticia. Pero debajo de esa superficie fácilmente vendible puede haber algo realmente espeluznante. Acceso a determinado estatus político en virtud de la raza. Esto tiene un doble peligro; por un lado, dar fundamento a cualquier ordenamiento político en función de la raza del ciudadano al que afecte es también la fundamentación de una forma de racismo. Por otra parte, la institucionalización de formas de organización política que otorgan autonomía a colectivos ciudadanos “desde arriba” producen una peligrosa desmembración social, tal como ocurre en el régimen de las autonomías en nuestro país, pues por más que adormecidos en los cantos de sirena de supuestos derechos históricos, libertades extrañamente retorcidas, infundadas y hasta a veces esotéricas, no ponemos en duda el sistema para que no caiga sobre nosotros la peste de ser considerados antidemócratas. Y así,  todos hemos aceptado con una sonrisa en los labios el cambio de un estado centralista por un estado multicentralista. Las comunidades autónomas son estados (con sus parlamentos elegidos por rodillos electorales, con sus presidente y ministros, con sus boletines oficiales, con sus policías, etc). El lugar en que vivimos, el ayuntamiento, es cada más un pordiosero que mendiga a las puertas de los palacios de las autonomías y de los que algunos no ven más que salir pitando los mercedes con chófer de los príncipes de los nuevos territorios. De modo que una aspiración democrática de más profundidad y alcance no debería ser la multiplicación de los estados dentro del estado, sino la autonomía de abajo hacia arriba, desde los ciudadanos hacia las agrupaciones de ciudadanos. Donde los ayuntamientos por fin pintaran algo y nada la situación económica, la lengua, y mucho menos la raza

Un gorrinete con alas

Un gorrinete con alas

Suelo usar con cierta frecuencia el vuelo entre Albacete y Barcelona. Por eso quiero desde aquí dirigirme a todos los albaceteños para mostrar mi agradecimiento. Los albaceteños han venido pagando y pagarán en los tres próximos años tres mil euros cada día para que yo pueda tomar este avión. Es conmovedor. Este vuelo suele ir medio vacío además. Lo habitual en todos los viajes que he hecho es que seamos poco más de veinte viajeros, es decir algo menos de medio avión. Viajamos pues cómodamente usando un par de asientos para cada uno. Vamos despatarrados leyendo el periódico que amablemente nos proporciona la azafata y salimos siempre puntuales porque apreturas en la pista, lo que se dice apreturas, no hay muchas. Cuando el avión se eleva en el amanecer y me entretengo en seguir el curso del Júcar y, divertido como un niño me dedico a localizar los municipios ribereños –Jorquera, Alcalá…-, no puedo evitar acordarme de todos mis paisanos que han echado a la hucha los tres mil pavos necesarios para que yo pise tierras catalanas en una placida horita y pueda estar a las nueve de la mañana zambullido en los trajines de mi agitada vida. Tres mil eurazos como tres mil soles.  La generosidad de mis paisanos no me pilla de susto, pero en esta cuestación se alcanza una recaudación con la que no pueden siquiera soñar las más populares de las causas que lanzan cada año sus huchas a la calle.  Claro que para ser justos, hay que reconocer que para alcanzar tal eficacia recaudatoria, el ayuntamiento interviene de manera eficaz. En primer lugar, el ayuntamiento se encarga de la recaudación y ya saben ustedes que cada día hila más fino en estas cosas. Por otra parte no le pregunta a los albaceteños si quieren echar sus centimillos al gorrinete con alas, ya saben ellos de sobra que todos queremos y que si en vez de conseguir tres mil euros cada día hubiera que conseguir seis mil o diez mil, no habría problema. Si un paisano tiene que ir a Barcelona a trabajar cómodamente, lo que haga falta. De hecho, voy a hablar con el consistorio para ver si ponen un helicóptero para los fines de semana, porque me suelo ir a Nerpio y me pilla un poco mal. Y si esto cuesta tres o cuatro mil pavos diarios, ya sé yo que por mis paisanos no va a quedar.

El conde

El conde

El Conde de Villamediana fue un poeta de enorme calidad e inspiración que, como les sucedió a otros, tuvieron la quizás mala suerte de ser contemporáneos de una lista que incluye nombres como Cervantes, Quevedo, Góngora, Calderón, Fray  Luis, Lope de Vega… La vida del conde es en sí misma una novela de aventuras. Es uno de esos personajes que si cayera a nuestro lado probablemente acabaríamos no pudiendo soportar, pero que así en la distancia, en nuestra época y vida tan rasa, plana y sedentaria, nos produce esa atracción típica de los que viven con ingenio y valor al borde siempre del peligro. El conde era jugador, pendenciero, mujeriego, atrevido, ocurrente y poseedor de un enorme bagaje cultural. De modo que lo mismo podía tener una profunda conversación sobre los clásicos, que estar saltando una tapia para adentrarse en la alcoba de una mujer casada, que perder una fortuna en el juego, o batirse con cualquier desgraciado por un quítame allá esas pajas. Y a veces todo ello en el mismo día. Fue desterrado en dos ocasiones, hizo fortuna y la dilapidó, se jugó la vida seduciendo a la querida de Felipe IV y tirándole los tejos a la reina, vestía de un modo estrambótico y escribió coplillas lacerantes contra todos lo poderosos. Se cree que la expresión “picar muy alto” se debe a lo dicho por el  rey cuando alguien habló de lo bien que picaba los toros y éste con doble sentido dijo “pica bien, pero pica muy alto”.  Se cuenta que en unos toros en la Plaza Mayor, con asistencia de los reyes, se presentó con una capa llena de monedas de real cosidas y cuando le preguntaban por ello decía con el evidente doble sentido “son reales mis amores”. En una ocasión prendió fuego al escenario en que actuaba la reina en un cumpleaños del rey para lanzarse a rescatarla y tomarla en sus brazos. En fin, un pinta total de esos que nos son por definición simpáticos. Y que encima escribía cosas como ésta. “ El que fuere dichoso será amado/ y yo en amor no quiero ser dichoso,/ teniendo mi desvelo generoso/a dicha ser por vos tan desdichado./  Sólo es servir, servir sin ser premiado; /cerca está de grosero el venturoso;/ seguir el bien a todos es forzoso,/ yo sólo sigo el bien sin ser forzado./  No he menester ventura para amaros;/ amo de vos lo que de vos entiendo,/no lo que espero, porque nada espero;/ llévame el conoceros a adoraros;/ servir más, por servir, sólo pretendo;/ de vos no quiero más que lo que os quiero. “.  Murió, supongo que ya lo han adivinado, asesinado.

Don Antonio

Don Antonio

Nuestra vida es tanto todo lo que hemos hecho como lo que nunca hicimos y pudiéramos haber hecho, tanto lo que hemos tenido como aquello que para bien o para mal no hemos tenido nunca, los sentimientos que disfrutamos o sufrimos y aquellos que nunca sentimos. En cada segundo de nuestra vida, crece a nuestro lado un auténtico barullo de posibilidades que se bifurcan y que no se sabe a donde conducen. Y en todos esos caminos también hay alguna parte de nosotros. He recordado a  una novia de la adolescencia. No puedo recordar la razón, si es que hubo alguna, por la que un día dejamos de vernos y por tanto de darnos aquellos besos infinitos que sólo los adolescentes son capaces de darse. Recuerdo también cómo en esta ciudad pequeña me la he cruzado en alguna ocasión. Un saludo sin detenernos, una sonrisa dulce y amable  y un “¿te acuerdas?” o un “estás igual de guapa que entonces”, o un “seguro que no sabes lo colado que estaba por ti”. Frases que ninguno de los dos pronunciamos pero que por un instante  perfuman el aire de nostalgia y nos sacan de nuestros asuntos y rutinas. Ella camina despacio por la acera, guapa todavía, quizás aun más guapa que entonces sin saber que en la curva de su cuello, en los pliegues de su ropa, hay una parte de mí, una de las partes que pude haber sido pero no fui.  Desde luego es una carga ligera, pues lo que no fui es casi nada, casi tan poco como lo que en realidad soy. Todo junto compone esos mundos sutiles, ingrávidos y gentiles de que habló el poeta y, como a él, me gusta verlos volar bajo el cielo azul, temblar súbitamente y quebrarse. Ella no lo sabe, pero en sus ojos hay algunas pequeñas gotas de la estela que he dejado al caminar por este mundo, este mundo sin caminos en el que se hace camino al andar. Don Antonio y mi antigua novia caminan a mi lado esta tarde de verano con tormenta en que los truenos me han despertado y por un momento he descansado del fatigoso sueño de la vida.

Arrugas en el traje

Arrugas en el traje

Nuestro fino y elegante presidente valenciano se ha ido de rositas de momento. Los jueces están convencidos y consideran probado que los regalos existieron, también que proceden de una pandilla de mafiosetes que se dedicaban a hacer regalos a mansalva a representantes (es un decir) políticos si es que veían que no los podían comprar directamente. Existe por otra parte el dato de que estos mafiosetes han conseguido una gran cantidad de contratos, debidamente troceados en cachitos para burlar la necesidad legal de concurso público. Contratos que han sumado unas cantidades enormes de dinero. Pero todos esos regalos, dicen los jueces, no se han efectuado teniendo en cuenta la condición de servidores públicos (es otro decir) de los perceptores, sino probablemente por promover el buen rollito y por amistad. Amistad que queda más que comprobada con las palabras de Camps a El Bigotes “te quiero un huevo” le dijo el fino y elegante Camps al pijoideo bigotudo y regaloréxico. Yo también le quiero. Me emociona este tipo que se casa con una mamachicho y entra por la puerta grande de la industria del espectáculo produciendo la inolvidable película de su pariente Pajares “Los bingueros” y que un día tiene una visión; la política es también un espectáculo,  y ya puestos en el tema, pues se le vende el espectáculo a los políticos espectaculares y regalables. Quizás se le fue la mano y ahora su megachalet en Alfás del Pí y su superpiso en el barrio más caro de Valencia, sus cochazos, su colección de motos, su amistad con Agag, el amor testicular de Camps, de nada le sirve y está en el trullo entre yonkis sin dientes y choricillos que no habrán visto en su vida un Cohiba de los que él quemaba con desidia y chulería. A Agag aun ni le ha rozado, Camps se escapa. Y Camps se escapa porque no ha aparecido un papel firmado por él y con sus restos de ADN que diga textualmente que se otorgue un contrato a El bigotes a cambio de un traje que le regaló, documento tan improbable como imprescindible, según se deduce del texto del sobreseimiento. Se comprende que tras este texto Camps hiciera una comparecencia sin periodistas. Le habrían caído tantas preguntas encima que le habrían arrugado el traje.